Uno de los temas más conflictivos en el mundo financiero a día de hoy, es el papel que las criptomonedas tendrán en el futuro. Algunos analistas consideran que su uso se extenderá masivamente y que sustituirán en gran parte al dinero tradicional. Otros analistas por contra consideran que dentro de unos años estos medios de pagos serán objeto de risas, y nos parecerá un locura el procedimiento «minero» que ha generado estas monedas. Entre estos últimos se encuentra Hugo Salinas, que en un reciente artículo ponía en cuestión el futuro de los Bitcoin, la divisa que ha llegado a valer mucho más que una onza de oro. Veamos que dice Salinas:
Vivimos en un mundo de sueños.
Todo lo que se supone es dinero, no es más que dinero-sueño que consiste en dígitos emitidos por Bancos Centrales; las supuestas «Reservas» de estos Bancos Centrales consisten en dígitos emitidos por un selecto grupo de emisores, que son los Bancos Centrales de los EU, del área de la Unión Europea, Inglaterra, Japón, Suiza y ahora hace poco, de China.
De pronto, un selecto número de emisores de dígitos, que no son Bancos Centrales, se han entrometido en el mundo del dinero-sueño: el grupo principal de éstos, que se dicen «mineros», producen los Bitcoin mediante su labor para solucionar complejos problemas matemáticos. Un día, esta labor será objeto de risa al contemplarse la enorme insensatez de la humanidad.
La promoción del Bitcoin se hace con publicidad engañosa: hay fotos de un Bitcoin en la Internet, y las fotos muestran una moneda que parece ser una moneda de oro. Sin embargo, el Bitcoin es sólo un dígito en computadoras; el Bitcoin físico no existe. La empresa McDonald’s vende hamburguesas y las ilustra con publicidad que hace agua la boca. Pero ¿Qué sucedería si sus hamburguesas reales no tuvieran carne?
Cuando el creador del Bitcoin – cuya identidad sigue siendo un misterio – presentó su creación al mundo, alegó que era «dinero». Al poco tiempo, otros decían lo mismo. Un perro ladra, y todos los perros ladran con él.
El verdad, el Bitcoin puede reclamar para sí, ser dinero, al igual que todas las demás monedas digitales del mundo: carece de relación alguna con una realidad, como todas ellas.
El gran beneficio que reclama para sí este nuevo participante en el engaño del dinero-sueño, es que sus movimientos y su propiedad quedan fuera del alcance del control gubernamental.
El mundo está tan cansado, tan agotado por el problema permanente de salvaguardar ahorros denominados en los dineros-sueño oficiales, y en mantenerlos fuera del alcance de las manos codiciosas de los gobiernos, que la idea del Bitcoin ha seducido la imaginación del gran público internacional.
De pronto, el valor de dinero-sueño digital del Bitcoin se ha incrementado en forma espectacular, contra las monedas-sueño digitales oficiales del mundo.
Quienes compraron el dinero-sueño digital del Bitcoin cuando comenzó a introducirse han realizado ganancias enormes – por lo pronto.
Todo el dinero-sueño oficial del mundo desaparecerá un día. Cuándo ocurrirá tal cosa, no se sabe. Pero llegará ese día, porque todos los sueños desaparecen tarde que temprano.
Sin embargo, el dinero-sueño Bitcoin tendrá un fin triste para muchos, porque su fin llegará antes de que llegue el fin del dinero-sueño oficial.
¿Por qué sucederá esto?
Sucederá porque todas las monedas-sueño – el Dólar, el Euro, el Yuan, etc. – tienen «nanas pastoras». Las «nanas» son los Bancos Centrales emisores, que no quieren que sus dígitos de dinero-sueño sufran fuertes alzas en su valor, ni tampoco caídas fuertes en su valor. Dígitos que suben fuertemente de valor significa que las economías relacionadas sufrirán caídas en sus exportaciones, aumentos en importaciones y economías estancadas con desempleo. Las caídas de valor de los dígitos oficiales significan que las economías relacionadas tendrán problemas inflacionarios y disturbios sociales. Los Bancos Centrales que emiten dinero-sueño vigilan que sus dígitos tengan valores estables y que no padezcan cambios bruscos.
El Bitcoin y otras nuevas versiones digitales de dinero-sueño no tienen «nanas» que los cuiden. El valor del Bitcoin se disparó de unos cuantos centavos de dólar hace poco, cuando nació, a entre $2,500 / $2,400 dólares recientemente.
El precio del Bitcoin depende de los sueños del público mundial. Mientras ha estado subiendo su valor, como resultado de su novedad, el alza de su precio ha sido espectacular, porque los compradores han sido muchos más que los vendedores. Pero no hay una «nana» que esté vigilando todo esto. Cuando el público cambie de opinión – y esto tendrá que suceder, tarde que temprano – entonces, así como no hubo resistencia a su alza, tampoco habrá resistencia ante su caída de valor. El público se apresurará a vender sus Bitcoin, y hallará que su valor cae como plomo, porque poquísimos compradores querrán comprar lo que está cayendo de precio: el Bitcoin caerá en «caída libre».
El público mundial es sumamente voluble. Cuando cambie de parecer el público que sueña, comenzarán las ventas y así como subió como cohete – o aún más rápidamente – el precio del Bitcoin caerá como un plomo; dejará tras de sí, grandes penas para los tenedores de este dinero-sueño, cuando despierten de su sueño.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa