«La cruzada de algunos banqueros y de la mayor parte de los nuevos actores en el mundo de la intermediación financiera contra el dinero en efectivo no proyecta una victoria fácil y, mucho menos, a corto plazo. Sólo la confiscación de bienes por parte de los Estados provocaría la desaparición del efectivo y de las criptomonedas. Confiscación para pagar las deudas públicas fuera de control, que es lo que sucede en la actualidad, o para satisfacer los peores instintos populistas de gobiernos de extrema izquierda. La desaparición del dinero efectivo, sin estas referencias, sólo beneficia a los bancos y a los nuevos actores. Y a nadie más: tendrían todo el control de la masa monetaria y serían los jueces y las partes del ingente tráfico de multitransferencias, es decir, más comisiones para el resto de los consumidores, que como siempre, llevan las de perder. Dicen otros iluminados que la desaparición del efectivo eliminaría el blanqueo de capitales, el tráfico de armas y de drogas (y de personas), la economía sumergida…La panacea, como resumen. Es falso, las criptomonedas son peores que las monedas de uso legal y corriente. Criptomonedas, que conseguirían un crecimiento exponencial ¿Economía sumergida? Lo mismo y, además, el trueque», dice el analista jefe de una importante gestora, que me envía el siguiente informe:
La avalancha de instrumentos de pago que permiten realizar operaciones con tarjetas sin contacto, teléfonos móviles, relojes inteligentes y otros dispositivos no ha conseguido dañar la vigencia del dinero en efectivo como medio de pago, que perdurará en el tiempo y aguantará el desafío de los medios de pago online, según un estudio realizado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.
A pesar de la «cruzada» en buena parte de la UE contra el billete de 500 euros, iniciativas de países como Dinamarca para eliminar el dinero físico, las medidas para limitar el montante de los pagos en efectivo y la percepción social de que los que manejan billetes son sospechosos de actividades irregulares, el Instituto Coordenadas afirma que el uso del dinero en efectivo «superará todos los embates».
El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, asegura que este estudio pone de manifiesto la necesidad de que todas las administraciones financieras analicen con mucha prudencia cualquier decisión que afecte a la gestión del dinero físico.
Entre los argumentos del estudio, se encuentra la permanencia del dinero en efectivo en el mercado financiero mediante su papel como elemento de compensación en la distribución de la riqueza.
Según explica, el uso exclusivo del dinero de plástico o de los pagos online exigen una bancarización total de las sociedades en las que se aplican, lo que excluye a enormes núcleos sociales que viven ajenos a esa exigencia. De esta manera, afirma que el dinero en efectivo garantiza la inclusión financiera.
«No se puede actuar de forma que masas importantes de la población queden fuera del sistema financiero por frenar el uso del efectivo», advierte Sánchez Lambás.
El instituto también ha recordado los análisis que señalan que el desarrollo de la telefonía móvil y su expansión desde la telefonía fija se sustenta en el uso del dinero en efectivo, ya que disponer de teléfono fijo suponía tener una cuenta bancaria desde la que abonar su uso, mientras que cualquiera puede comprar con billetes un terminal móvil y contratar tiempo de uso.
«Atada a una cuenta corriente, la telefonía móvil sería hoy privilegio de unos pocos en todo el mundo. El dinero en efectivo iguala a todos en el acceso a la tecnología», señala.
EL PAPEL MORAL DEL DINERO
El estudio también analiza el papel moral del dinero en efectivo en la sociedad, concretamente en «el refuerzo de la libertad personal de cada uno». En este sentido, sostiene que contar con dinero en el bolsillo «otorga poder y libertad a quien lo posee», ya que «puede adquirir lo que quiera sin dejar rastro ni dar explicaciones».
«Un mundo sin efectivo es una espada de Damocles sobre la libertad individual», señala el Instituto, «pues somete al escrutinio de las instituciones hasta los actos más íntimos».
Por otro lado, el dinero en efectivo es un factor de compensación «cada vez más evidente en un mercado financiero en permanente situación crítica y con la amenaza constante de cataclismos o burbujas», ya que la posibilidad de sacar dinero del blanco ante una situación de desconfianza es un elemento de defensa individual.
«Sin dinero en efectivo somos rehenes o cautivos de los que manejan, a veces sin escrúpulos, los mercados financieros», reitera el análisis.
EL EFECTIVO COMO ELEMENTO DE COHESIÓN SOCIAL
Por último, el Instituto Coordenadas estudia las características exclusivas del efectivo, como su papel de cohesión social, ya que todas las personas utilizan los mismos billetes y monedas.
Además, sostiene que los países utilizan los billetes para ensalzar su herencia y sus valores y, en muchos casos, la moneda nacional es símbolo de soberanía. «En Europa, con una moneda transnacional como el euro, disponer de efectivo que se puede ver y tocar es una forma de intensificación del sentimiento europeísta», añade.
Otra de las características a resaltar de este medio de pago es su globalidad. «Todo el mundo lo puede usar, todo el mundo entiende su funcionamiento y todo el mundo lo acepta, esté donde esté, se aplica a cualquier transacción comercial y no necesita soporte tecnológico alguno», argumenta.
Además, el instituto es partidario de que el efectivo es fiable y genera confianza, ya que los niveles de inseguridad asociados a falsificaciones son ínfimos en relación con el volumen de billetes emitidos, salvando las contingencias de los otros medios de pago electrónicos.
Por último, se pone de manifiesto su eficiencia, al haberse estandarizado los sistemas de gestión del efectivo en todo el mundo. Según explica, los niveles de eficiencia en la gestión del efectivo son tan altos que buena parte de los reguladores bancarios de todo el mundo estiman que durante muchos años va a ser la referencia para medir la eficiencia de los otros medios de pago alternativos.
«El dinero online o de plástico tendrá que demostrar un nivel de eficiencia similar al que tiene la gestión del dinero en efectivo», resalta el análisis.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa