El tema de Italia preocupa al Banco Central Europeo y veremos si termina por influir en cierta medida en las próximas decisiones cruciales que la entidad se verá obligada a abordar.
¿Cuál es el problema italiano?
Dos son las cuestiones que preocupan:
1º Este primer punto lo abordé ayer en mi artículo en Expansión. Los bancos italianos siguen sumidos en una vorágine muy peligrosa cada vez acumulando un mayor volumen de activos tóxicos, de créditos dudosos e impagados (se habla nada más y nada menos que de 360.000 millones de euros). Así las cosas, las primeras entidades con riesgo real de quebrar son Popolare di Vicenza y Veneto Banca.
Por desgracia, de poco está sirviendo que a finales del pasado año el Gobierno italiano anunciase un rescate público de 100.000 millones de euros, únicamente se salvan IntesaSanpaolo y Unicredit. Y no ayuda precisamente la dificultad que entraña para los bancos todo el mecanismo para poder lograr las garantías públicas sobre la cesión de la deuda.
La solución teórica sigue sobre la mesa, aunque el Gobierno se resiste a tener que recurrir a ella, básicamente porque perjudicaría a los accionistas y a los titulares de deuda subordinada.
El principal temor, y seguramente sea lo que finalmente suceda, es que debido a la proximidad de las elecciones en el país, se deje reposar el tema y no se adopten las medidas necesarias hasta después de los comicios. Y esto nos lleva directamente al segundo punto.
2º Las elecciones. Y es que el ex primer ministro Renzi dejó caer que las elecciones italianas podrían celebrarse el mismo día que las elecciones alemanas, concretamente el 24 de septiembre. Esta noticia y los últimos sondeos provocaron dos efectos:
- Ayer la Bolsa italiana era la que más caía en el Viejo Continente.
- La rentabilidad de su deuda se incrementaba.
¿Y por qué el tema de las elecciones preocupa tanto y hemos tenido esos dos efectos? Pues porque el Movimiento 5 Estrellas, que es anti euro y anti Unión Europea, sigue escalando en los sondeos, de hecho las últimas encuestas reflejan que existe una igualdad muy reñida y que estarían luchando por el primer puesto con un 30% de los votos, el mismo porcentaje que su máximo rival. Es más, hay algunas encuestas que incluso indican que van por delante. Por cierto, y a modo anecdótico, decir que esta formación política aboga por un sistema electoral proporcional y que los comicios se lleven a cabo el 10 de septiembre, no quieren que coincida con los alemanes, ya que intentar evitar a toda costa que el 24 de septiembre se convierta en un símbolo, en una fecha simbólica donde todos los europeístas hagan frente común.
Como pueden ver, el próximo Parlamento italiano va a resultar verdaderamente complicado y si finalmente los anti europeísmo se alzan con el poder, tendríamos la primera quiebra seria en el propio sistema, la base estructural de la UE se debilitaría bastante y la divisa comunitaria quedaría gravemente dañada. No hace falta decirles que en este escenario, las Bolsas europeas y el euro se desplomarían.
¿Qué podría hacer el Banco Central Europeo?
Claro, el BCE está intentando trazar su propia hoja de ruta y el tema italiano les podría pesar en la toma de sus decisiones. Y es que la entidad tiene que ir viendo cuándo afronta la normalización monetaria, lo que implicaría una serie de pasos:
- Terminar con las medidas de estímulo.
- Subir los tipos de interés.
- Reducir del balance.
Este sería el orden lógico. Pero lo que no quiere bajo ningún concepto Mario Draghi es que una posible precipitación pueda provocar daños, es decir, que el remedio resulte al final peor que la enfermedad. Se enfrenta a un dilema complejo, ya que si se precipita corre el riesgo de que sean los países del sur del continente los más perjudicados, pero si no afronta el tema y se dilata en el tiempo el actual escenario del BCE, podríamos asistir a una distorsión significativa de los precios.
La cuestión es lo que les comenté anteriormente: ¿el tema de Italia pesará e influirá en la toma de decisiones del BCE?
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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