«Dicen que el papel, como la estadística, lo aguantan todo. Sobre el papel hay mucho optimismo en lo que se refiere a las promesas de Trump, tanto que las sorpresas se van a cotizar muy fuerte y muy caras. Es posible que los mercados, acostumbrados como están a las mieles de la concatenación de máximos, no se detendrán a mirar bien las tripas de las promesas y, lo que es peor, de los balances empresariales, que sostienen las altísimas valoraciones en Wall Street, porque, entre otras cosas, no conviene a sus intereses. La semana próxima se abre la veda en la mayor Bolsa del mundo, absorta ahora en Trump y sus dificultades para poner en marcha promesas de alto calado. A los inversores en Bolsa debería preocuparles la calidad de los resultados que llegan, que es la que refleja el estado fiel, el músculo empresarial cierto. Pero, con mucha frecuencia, se dejan mecer por las olas. Resultados, creemos en nuestra compañía, que estarán determinados por más controles de costes, más despidos de trabajadores y no por aumento de la demanda a nivel global, porque ésta no existe. Hay momentos en los que no es saludable ni recomendable correr con la lengua fuera, ir detrás de los acontecimientos, seguir la rueda del mercado. Queda aún mucho tiempo, porque las Bolsas abren y cierran sus puertas todos los días. Conviene esperar». Me dice uno de los gurus de mayor prestigio internacional, que añade:
«Para muchos el tiempo pasa muy rápido cuando ves cómo los mercados se empeñan en una sola dirección (al alza) pese a que los datos subyacentes nos digan que no es el camino correcto. Pero la Bolsa cotiza expectativas y siempre, siempre, el futuro es incierto. Nos encontramos, sin embargo, con el optimismo de los inversores es elevado: aversión al riesgo en mínimos de años; volatilidades en mínimos de años; elevada liquidez en las carteras. Estos tres factores son innegociables, aunque es cierto que dos de ellos, precisamente los dos primeros, son productos del propio mercado alcista…»
«Hemos observado en etapas anteriores que las subidas de los mercados se retroalimentan. Hasta el inversor más negativo y pesimista en el mercado se acabará convenciendo si el optimismo le rodea y los mercados le llevan la contraria de forma sistemática. El resto, los ambiguos o con serias dudas, pasarán a pesimistas y probablemente serán obviados. La racionalidad pasa a segundo plano ante una ambición creciente ¿Pero esto no es avaricia? Pasamos a los excesos, aunque el Señor Draghi y el resto de presidentes de los bancos centrales no los vean en estos momentos…»
«Me parece muy interesante este enlace:»
Klaus Kaldemorgen (Deutsche AM) dice a Funds People que “No tengo duda de que lo crucial es proteger el capital en periodos de corrección. Esto es más importante que capturar todo el alzaen las subidas. No sólo desde un punto de vista matemático es mejor a largo plazo. También psicológico. Cuando al cliente le ofreces rentabilidades adicionales a las que esperaba, se alegra. Pero cuando sufre pérdidas superiores a las previstas, tiende a ponerse nervioso y a dudar de la estrategia”. Por ese motivo, para Kaldemorgen la gestión del riesgo es primordial. “Hablar de la gestión del riesgo no es solo hacerlo de la volatilidad. Para algunos profesionales gestionar el riesgo significa que hay que vender cuando los mercados se vuelven volátiles, pero en realidad esto no debe hacerse así”, explica en una entrevista con Funds People.
En su opinión, la gestión del riesgo debe hacerse de manera inteligente, teniendo la valentía de comprar cuando el mercado cae y de apostar por activos que no cuentan con el favor de los inversores. Esto lo pone en práctica a diario en el fondo. Empezando por la renta variable, al contrario de cuál está siendo la tendencia, lo que le gusta a Kaldemorgen es Europa y lo que no le agrada tanto es Estados Unidos. “La bolsa europea me parece una mejor inversión que la americana, que cotiza con prima. Las promesas de Donald Trump de bajar impuestos, expandir el gasto y más desregulación han generado un excesivo optimismo en el mercado. Las valoraciones han subido y eso me hace sentir intranquilo. Hay demasiado optimismo sobre que vaya a cumplir sus promesas. Por ahora, no lo ha hecho. Se supone que pronto anunciará cuál será su política pero, aún si sus planes fueran los conocidos, es difícil que esto vaya a tener un fuerte impacto sobre los beneficios empresariales en 2017. Por ahí podrían venir las decepciones”, asegura.
En Europa, en cambio, la situación que encuentra es más favorable. “El mercado europeo ha permanecido deprimido por la incertidumbre política que ha envuelto al continente. En él se pueden encontrar compañías estables, con buenos equipos directivos y que ofrecen rentabilidades por dividendo del orden del 3%, un nivel actualmente por encima de la inflación. Hay oportunidades por valoración muy interesantes, por ejemplo en el sector financiero, el cual es una protecciónnatural contra una subida de los tipos de interés. De hecho, es el único sector que lo hará mejor en caso de que se produzca un movimiento de este tipo, el cual tarde o temprano ocurrirá. Mi apuesta no es para nada especulativa. Se trata de invertir en bancos y aseguradoras europeas que son líderes del mercado, con buenos ratios de capital y atractiva rentabilidad por dividiendo. Ni siquiera toco a los bancos británicos dado que en estos momentos resulta muy difícil evaluar los efectos que tendrá el Brexit sobre ellos”, indica el experto.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa