“El mercado bursátil estadounidense refleja en este nivel una combinación de gran demanda, gran complacencia y gran avaricia. Las acciones están claramente en una burbuja, y como todas las burbujas, está a punto de estallar”, advierte el prestigioso analista Mark D. Cook.
¿Está realmente el mercado americano en una burbuja como señala este analista?
No creo que a nivel de burbuja, pero sí con una elevada sobrevaloración. Esta sobrevaloración se ha producido por varios motivos, el último la victoria de Donald Trump que parece será el remedio para todos los males empresariales.
Robert Pavlik, estratega jefe en Boston Private Wealth, dijo a la CNBC: “El mercado sigue optimista ante el plan económico de la administración Trump, y una revisión tributaria que será especialmente favorable para el mercado de acciones”.
Jamie Cox, socio gerente de Harris Financial Group, “existe una creciente sensación que esta nueva era favorecerá a la America Corporativa. Día tras día, los ejecutivos de una variedad de industrias están siendo llamados a la Casa Blanca para consultar con el presidente. Los negocios parecen volver a situarse en primera línea del interés del presidente del país, y creo que eso hace que la gente esté dispuesta a pagar un poco más por las acciones”.
Estos dos analistas justifican los máximos históricos en Wall Street por el optimismo que ha despertado la administración Trump. Creo, como he defendido en otras ocasiones, que solo se está viendo un lado de la moneda. La cara es evidentemente unas políticas fiscales de impulso económico que beneficiarán a las empresas. La cruz son las medidas proteccionistas que a la larga tendrán un efecto negativo mayor que las positivas.
Ahora bien, volviendo a los fundamentales, vamos a intentar analizar qué grado de sobrevaloración tienen los mercados. El siguiente gráfico muestra la evolución del ratio PER Shiller (PER ajustado a beneficios) de los índices de valores estadounidenses.
Como vemos, se sitúa en 28,66, ratio muy elevado, aunque no a la altura de lo alcanzado en la crisis del 29 o en la burbuja tecnológica.
Si utilizamos por el contrario un test econométrico para comprobar el grado de valoración de un indicador, el test Dickey-Fuller, vemos como actualmente en el S&P 500 señala que el riesgo de burbuja es elevado. La lectura actual es aproximadamente 0,93. La última vez que está métrica subió a ese nivel (junio de 2015), el S&P 500 estaba cerca de un máximo. Dos meses después, en agosto, el S&P 500 entró en una corrección que provocó caídas en más del 10%. Hay que resaltar que lecturas por encima de 0,9 precedieron a la caída de 2008.
La conclusión de estos datos es que aunque el mercado bursátil no está aún en burbuja, lo estará dentro de poco si sigue subiendo.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa