«Unos que sí y otros, lo contrario ¿Merece la pena estar en Bolsa a largo plazo? Los gurus dicen que sí, pero la estadística demuestra lo contrario ¿Que hago?», me escribe Antonio P. inversor en Bolsa. Presento dos visiones: No dejarse llevar por la volatilidad a corto plazo y mantenerse fiel a los objetivos programados a largo plazo. Aunque éste es un mantra recurrente entre los profesionales de la inversión hacia sus clientes, lo cierto es que, a menudo, a los segundos les puede el corazón a la cabeza en momentos de tensión de mercado. Por eso, desde J.P.Morgan Banca Privada pretenden recordar una vez más los beneficios de la inversión a largo plazo con ejemplos concretos. Aunque los mercados bursátiles internacionales se han vuelto más volátiles debido a las dudas sobre el crecimiento mundial, las políticas de los bancos centrales y los riesgos políticos, Borja Astarloa, responsable de Inversiones de la banca privada de J.P.Morgan en España, aconseja a los inversores seguir tres principios básicos para mantener la compostura en todo momento.
1.-Considerar la volatilidad en perspectiva
En 2014, la caída máxima interanual se produjo en octubre y fue del 7,4%, debido a diversas preocupaciones globales. En 2015, la máxima corrección ocurrió en agosto, cuando la ansiedad respecto al crecimiento en China se intensificó. “A pesar de las reacciones negativas del mercado y la posterior volatilidad, ninguno de los dos episodios afectó la tendencia del crecimiento económico”, asegura Astarloa. “En consecuencia, aquellos que mantuvieron sus inversiones en cada uno de estos periodos se beneficiaron del posterior rebote del mercado”.
2.-Centrarse en el largo plazo
Aunque intentar anticiparse a los movimientos del mercado puede ser atractivo para los inversores que tratan de evitar pérdidas, lo cierto es que “este enfoque suele resultar frustrante y dar lugar a malos resultados”, según J.P.Morgan Banca Privada, dado que “las subidas y bajadas diarias de los mercados se suavizan con el paso de los meses y años”. El comprobante está en que, desde 1928, en el 65% de los años se han obtenido rendimientos positivos, superando las ganancias medias ampliamente a las pérdidas. Más concretamente, los rendimientos de la bolsa en periodos de diez años de permanencia entre 1936 y 2003 han sido siempre positivos, y nunca ha habido un periodo de 20 años en la postguerra en que se hayan registrado pérdidas.
3.-Mantener la disciplina de cartera
“Seguir un enfoque de inversión disciplinado y diversificado ayuda a gestionar la volatilidad en bolsa”, asegura Astarloa. Prueba de ello es que el ratio de Sharpe, que mide la relación entre rentabilidad y volatilidad, es mayor para una estrategia multiactivos que para mercados individuales de renta variable, y esto se ha cumplido en periodos de diez, 15 y 20 años.
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SEGUNDA VISIÓN
¿Merece la pena estar en Bolsa? ¿Es bueno para el corazón y otras partes vitales del cuerpo tanto sobresalto, pese a que la volatilidad ha estado dormida muchos años? ¿Quién no ha oído alguna vez que la Bolsa siempre sube a largo plazo, esperar y ver, sentarse en los valores? Guardo en mis archivos un artículo fabuloso del entrañable Cárpatos en el que sintetiza un estudio de los profesores David Le Bris y Pierre Hautcoeur, que demuestra de manera rigurosa y científica la falsedad de que a largo plazo la bolsa siempre sube. Un mito que puede hacer mucho daño a la larga. Cárpatos destacaba algunas cosas que más le han llamado la atención.
1- Se dice que la bolsa siempre sube a largo plazo, pero no se tienen en cuenta cosas que literalmente las borran del mapa. Por ejemplo la revolución bolchevique interrumpió el Rusia el mercado de valores durante 70 años, desde 1917 a 1992. Sin ser situaciones tan graves, también hubieron interrupciones temporales, en algunos casos muy largas, en las bolsas de Milán, Bruselas, Amsterdam, París, Berlín entre otras.
En todos ellos las bolsas no subía, en realidad tampoco bajaba, es que… no había bolsa…
Se tiende a olvidar todo esto en las estudios…
2- Los autores igualmente recuerdan que cuando se hacen estudios de largo plazo, no se tienen factores clave en cuenta que lo desvirtúan todo. Por ejemplo las empresas que quiebran, o las empresas que son nacionalizadas.
3- Han creado un muy eficiente índice de largo plazo, para ver de verdad cómo se comporta la bolsa de París desde 1854 a 1998, teniendo en cuenta todas esas cosas, a diferencia de otros estudios, y cuidando mucho el sistema de ponderaciones para que todo sea lo más realista posible, y los resultados son bastante duros.
– Sin tener en cuenta dividendos la bolsa sube menos que la inflación de 1854 a 1998, con lo cual no se habría ganado realmente nada en casi siglo y medio invertido.
– Si tenemos en cuenta dividendos y considerando que no hay impuestos sobre ellos, lo cual es mucho suponer, en mi opinión, aún así, de 1854 a 1914, la bolsa mereció la pena, ya que ganó 5 % de media al año neto de inflación.
– Pero entre 1914 y 1983, estuvo por debajo del rendimiento cero de forma consistente.
– Si tenemos en cuenta impuestos los resultados son mucho peores, y el oro habría sido la mejor inversión en ese siglo y medio.
– Es decir que entre 1914 y 1983, la bolsa de París no ha rentado nada, al contrario se ha perdido dinero y bastante. Se dice que la bolsa a largo plazo sube, pero que se defina largo plazo, porque entre 1914 y 1983 hay 70 años de no ganar nada, toda una generación. Resulta por tanto una broma pesada seguir afirmando eso. Podemos pasar toda una generación esperando que la bolsa nos dé dinero. Y desde luego queda muy claro que una persona que hubiera invertido todo su dinero desde 1854 en la bolsa y que siguiera vivo, cosa imposible, pero imaginemos que fuera así, muy al contrario de lo que tenemos en la cabeza no habría podido vivir de las rentas de su inversión en bolsa, la inflación se habría comido lentamente su dinero. Ya ven que este es un dato realmente demoledor. Entre 1914 y 1982, y aún reinvirtiendo dividendos se habría perdido dinero a razón de un 2,82 % anual.
4- Vamos con la tabla clave del estudio.
– Desde 1854 a 1913, la bolsa francesa ganaría de media anual deducida inflación el 5.7%, los bonos del tesoro francés el 4,72%, el oro hubiera perdido el 0,08% y la deuda a muy corto el 3,35 %.
Es decir, que 60 años de idas y venidas en bolsa, sólo hubieran dado una rentabilidad de algo menos del 1 % anual de más que los simples bonos y a no complicarse.
– Desde 1914 a 1982, la bolsa francesa perdería de media anual deducida inflación el 2,82 %, los bonos del tesoro francés el 4,92%, el oro hubiera ganado el 5,49% y la deuda a muy corto habría perdido el 4,78% incapaz de compensar la inflación. Este fue un período donde no sólo la bolsa poco nos hubiera dado, sino que lo único rentable habría sido el oro. Curioso a más no poder, ¿estaremos ahora en otro período así?
-Pero llega el período bueno de las bolsas. De 1983 a 2006.
La bolsa ganó en ese período de media el 13,50% anual, y como esto es lo más reciente en el recuerdo, sembró el mito de que siempre sube la bolsa. Pero atención, que esto es muy curioso, los bonos del estado rentaron nada menos que el 11,97%. La deuda a corto el 3,94% y aquí el oro pinchó perdiendo el 4,03 % anual de media.
5- A la vista de estas tablas, vemos algo claro, el oro va muy bien cuando lo demás va mal, y muy al contrario de lo que parece, los bonos no son el reverso de las bolsas.
Como vemos en estas tablas de muy largo plazo, si hacemos entrar en juego el descuento de la inflación que es absolutamente vital, los bonos van muy bien cuando la bolsa vive su época dorada, y muy mal cuando ella lo hace mal. Eso año a año no se ve, pero sí en estas series de largo plazo.
6- Resumen final no menos importante.
– Desde 1854 a 2006:
– La bolsa gana de media anualizado, descontando la inflación y reinvirtiendo dividendos 3,06% anual, que es bastante pero no da la rentabilidad tan grande que podríamos pensar. Y todo esto gracias a que el estudio se terminó en 2006, justo cuando aún se estaba en tendencia alcista, si se incluyeran los dos últimos años las medias serían más bajas.
– La deuda del estado gana en el mismo período el 1,50%. La mitad, pero a cada uno discernir si mereció la pena sufrir lo indecible en bolsa durante 150 años para sacar 1,5 % más al año.
– El oro el mejor, tras la bolsa, con una ganancia media de 1,83 % año.
– La deuda a muy corto, el equivalente a nuestros monetarios actuales, ruinoso, no protege contra la inflación, y habría perdido el 0,25 % anualizado y como en toda la serie descontada la inflación.
7- ¿La cifra que más me ha impactado?
La que dice que en la época dorada de las bolsas de 1983 a 2006, la bolsa, que tantos ríos de tinta ha hecho correr, en periódicos, webs, televisiones, informes de bancos, de analistas, que tantas pasiones ha despertado, ganó de media un 13,50 cuando la deuda del estado, que solo ocupó unas pocas líneas y algunos comentarios de pasada, dio el 11,97%. ¿Mereció la pena estar en bolsa? Cada uno tiene la respuesta, teniendo en cuenta el sufrimiento en una cosa u otra.
Al margen de estas opiniones subjetivas, creo que debe quedar claro, que la renta fija siempre debe ocupar un porcentaje importante de las verdaderas carteras de largo plazo. Puede que ahora no sea su mejor momento, de hecho está sobrecomprada más que la bolsa, pero la vida es muy larga…
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa