Cuando se empieza a invertir, es importante aprender de los mejores, pero también vale la pena fijarse en los errores de los peores.
Los siguientes veinte errores más comunes al invertir se han compilado para ayudar a los inversores a saber lo que tiene que evitar. Si cualquiera de estos errores le suena familiar, es probable que haya llegado el momento para reunirse con un asesor financiero.
1. Esperar demasiado o utilizar las expectativas de otros
Invertir a largo plazo implica la creación de una cartera bien diversificada, diseñada para ofrecerle los niveles apropiados de riesgo y retorno bajo diferentes escenarios de mercado. Pero, incluso después del adecuado diseño de la cartera, nadie puede predecir o controlar cómo va a comportarse el mercado realmente. Es importante no tener grandes expectativas y, por el contrario, analizar bien lo qué se debe esperar. Nadie puede decirle cuál es una tasa razonable de rendimiento sin conocerle antes a usted, sus objetivos y su actual asignación de activos.
2. No tener objetivos claros de inversión
El adagio, «si usted no sabe a dónde va, probablemente terminará en otro lugar,» es cierto, tanto para la inversión como cualquier otra actividad. Todo, desde el plan de inversiones, las estrategias utilizadas, el diseño de la cartera, e incluso los valores individuales, se pueden configurar con los objetivos de su vida en mente. Demasiado inversores se dejan influir por la última moda de inversión o en maximizar el retorno de inversión a corto plazo, en vez de diseñar una cartera con una alta probabilidad de lograr sus objetivos de inversión a largo plazo.
3. Diversificación insuficiente
La única manera de crear una cartera con potencial de proporcionar niveles adecuados de riesgo y rendimiento en diversos escenarios de mercado es la adecuada diversificación. A menudo, los inversores piensan que pueden maximizar los rendimientos mediante la adopción de una gran exposición de la inversión en un activo o sector. Pero, cuando el mercado se mueve en contra de una posición tan concentrada, puede ser desastroso. El exceso de diversificación y demasiadas exposiciones también pueden afectar al rendimiento. Lo mejor es el equilibrio. Busque el consejo de un asesor profesional.
4. Centrarse en el rendimiento equivocado
Hay dos plazos que son importantes tener en cuenta: el corto plazo y todo lo demás. Si usted es un inversor a largo plazo, especular en el corto plazo puede ser la receta para el desastre, ya que puede hacer que usted haga conjeturas sobre su estrategia y realice modificaciones en su cartera a corto. Sin embargo, mirar más allá, hacia los factores que impulsan el desempeño a largo plazo, merece la pena. Si usted se encuentra pensando en el corto plazo, reoriéntese.
5. Comprar arriba y vender abajo
El principio fundamental de la inversión es comprar barato y vender caro, así que ¿por qué tantos inversores hacer lo contrario? En lugar de la toma de decisiones racional, muchas decisiones de inversión están motivadas por el miedo o la codicia. En muchos casos, los inversores compran arriba en un intento de maximizar los rendimientos a corto plazo en lugar de tratar de lograr los objetivos de inversión a largo plazo. Un enfoque en rendimientos a corto conduce a invertir en la última moda de inversión, o en los activos o estrategias de inversión que fueron efectivas en el pasado cercano. De cualquier manera, una vez que una inversión se ha hecho popular y ha ganado la atención del público, se hace más difícil tener una ventaja en la determinación de su valor.
6. Operar en grandes cantidades y muy a menudo
Cuando se invierte, la paciencia es una virtud. A menudo se necesita tiempo para obtener los máximos beneficios de una estrategia de asignación de activos. La constante modificación de las tácticas de inversión y la composición de la cartera no sólo pueden reducir los rendimientos a través de mayores tasas de transacción, sino que también pueden dar lugar a la toma de riesgos no previstos y no compensados. Asegúrese siempre de estar bien enfocado. Utilice ese “impulso” de volver a reconfigurar su cartera de inversiones como la señal para obtener más información sobre los activos que usted ya tiene, en vez de que sea un motivo para volver a operar en el mercado.
7. Pagar demasiado en tasas y comisiones
Invertir en un fondo con altos costes, o pagar demasiado por honorarios de asesoría, es un error común, porque incluso un ligero aumento en las tasas puede tener un efecto significativo sobre el patrimonio a largo plazo. Antes de abrir una cuenta, sea consciente del coste potencial de cada decisión de inversión. Busque fondos con tasas razonables y asegurarse de que está recibiendo el valor de los honorarios de asesoramiento que está pagando.
8. Centrarse demasiado en los impuestos
Aunque tomar decisiones de inversión sobre la base de las posibles consecuencias fiscales es un poco como la cola que mueve al perro, todavía es un error común de los inversores. Debe ser inteligente sobre los impuestos, la reducción de la pérdida por impuestos puede mejorar sus rendimientos significativamente, pero es importante que la motivación para comprar o vender un valor sea impulsada por su valor, no por sus consecuencias fiscales.
9. No revisar las inversiones de forma regular
Si se invierten en una cartera diversificada, existen altas posibilidades de que algunas cosas suban, mientras que otras bajen. Al final de un trimestre o un año, la cartera que diseñó con una cuidadosa planificación comenzará a ser muy diferente. ¡No se aleje de ellas! Compruébelas con regularidad (como mínimo una vez al año) para asegurarse de que sus inversiones todavía tienen sentido para su situación y (importante) que su cartera no necesita reequilibrio.
10. Asumir demasiado, o muy poco, del riesgo equivocado
Invertir implica asumir un cierto nivel de riesgo a cambio de la recompensa potencial. Tomar demasiado riesgo puede conducir a grandes variaciones en el rendimiento de la inversión, lo que puede estar fuera de su zona de confort. Tomar muy poco riesgo puede resultar en rendimientos demasiado bajos para alcanzar sus objetivos financieros. Asegúrese de conocer su capacidad financiera y emocional para asumir riesgos y reconocer los riesgos de inversión que está tomando.
11. Desconocer el verdadero rendimiento de sus inversiones
Es sorprendente cómo muchas personas no tienen idea de cómo han realizado sus inversiones. Incluso si saben el resultado de alguna inversión, o cómo un par de sus acciones han funcionado, rara vez saben cómo interpretar esos resultados en el contexto de su cartera. Incluso eso no es suficiente; usted tiene que relacionar el rendimiento de la cartera total con su plan para ver si está acertado después de considerar los costes y la inflación. ¡No se olviden de esto! ¿De qué otra forma van a saber cómo marchan sus inversiones?
12. Reaccionar a las noticias de los medios de comunicación
Hay un montón de canales de noticias 24 horas al día que hacen dinero contando las informaciones «negociables». Sería absurdo tratar de mantener el ritmo. La clave es analizar y separar la información valiosa de todo el ruido. Los inversores con éxito y experimentados reúnen información de varias fuentes independientes y llevan a cabo su propia investigación y análisis. El uso de la noticia como una única fuente de análisis de la inversión es un error común de los inversores ya que, en el momento en que la información es pública, ya se ha fijado el precio de mercado.
13. Rendimientos
Un activo de alto rendimiento es una cosa muy seductora. ¿Por qué no tratar de maximizar la cantidad de dinero que recibe de vuelta? Sencillo: ¡los rendimientos pasados no son indicativos de resultados futuros, y los mayores rendimientos generan los mayores riesgos! Céntrese en la foto global; no se distraiga y pierda de vista la gestión de riesgos.
14. Intentar ser un genio con los tiempos del mercado
La sincronización con el mercado es posible, pero muy, muy, muy duro. Para las personas que no están bien formadas, tratar de hacer una buena “jugada” puede ser su perdición. Un inversor que estuviese fuera del mercado durante los 10 mejores días de negociación para el índice S & P 500 desde 1993 hasta 2013 habría alcanzado un rendimiento anualizado de 5,4%, en lugar del 9,2% si hubiese mantenido la inversión. Esta diferencia sugiere que los inversores están mejor posicionados contribuyendo de forma consistente a su cartera de inversiones en lugar de estar entrando y saliendo en un intento de adelantarse al mercado.
15. No hacer la debida diligencia
Existen muchas fuentes de información en las que poder contrastar si las personas que gestionan su dinero tienen la formación, la experiencia, y estándares éticos para merecer su confianza. ¿Por qué no comprobarlos? Pida referencias y compruebe su trabajo en referencia a las inversiones por ellos recomendadas. En definitiva, significará una tarde de esfuerzo a cambio de dormir mejor por la noche. En el mejor de los casos evitará un nuevo caso «Madoff». Cualquier inversor debe estar dispuesto a hacer ese esfuerzo.
16. Trabajar con el asesor equivocado
Un asesor de inversiones debe ser su socio en la consecución de sus objetivos de inversión. El profesional de la inversión y la firma de servicios financieros no sólo deben tener la capacidad de resolver sus problemas, sino también compartir una filosofía similar acerca de la inversión e incluso de la vida en general. Los beneficios de tomarse más tiempo para encontrar el asesor adecuado superan en mucho a la comodidad de tomar una decisión rápida.
17. Dejar que las emociones se interpongan en el camino
Invertir plantea importantes problemas emocionales que pueden impedir la toma de decisiones. ¿Quiere involucrar a su cónyuge en la planificación de sus finanzas? ¿Qué es lo que desea que suceda con sus activos después de su muerte? No deje que la inmensidad de estas preguntas se interponga en el camino. Un buen asesor será capaz de ayudarle a construir un plan que funcione independientemente de las respuestas a estas preguntas.
18. El olvido de la inflación
La mayoría de los inversores se centran en los rendimientos nominales en lugar de los rendimientos reales. Este enfoque significa examinar y comparar el rendimiento después de comisiones y la inflación. ¡Incluso si la economía no está en un período de gran inflación, algunos costes se elevan todavía! Es importante recordar que, lo que se puede comprar con los activos que tiene, es en muchos aspectos más importante de su valor en euros. Desarrolle una disciplina centrada en lo realmente importante: sus retornos después de ajustarlos a los costes crecientes.
19. Negarse a comenzar o continuar
Las personas a menudo no logran iniciar un programa de inversión simplemente porque carecen de los conocimientos básicos de dónde o cómo empezar. Igualmente, los períodos de inactividad son frecuentemente el resultado de un letargo o desaliento sobre las pérdidas de inversiones anteriores. La gestión de las inversiones es una disciplina que no es demasiado compleja, pero requiere un esfuerzo continuo y análisis con el fin de tener éxito.
20. No controlar lo que puede
A las personas le gusta decir que no se puede predecir el futuro, pero se olvidan de mencionar que usted puede tomar medidas para darle forma. ¡No puede controlar lo que el mercado puede soportar, pero sí puede ahorrar más dinero! Invertir de forma continuada capital en el tiempo puede tener tanta influencia en la acumulación de riqueza como el retorno de la inversión. Es la forma más segura de aumentar la probabilidad de alcanzar sus objetivos financieros.
Fuente: Robert Stammers, director de Educación a los Inversores en CFA Institute