Llevamos semanas viendo una revalorización del oro. Desde mínimos del año 2.015 allá por los 1.050$ la onza, algo más de un 30,00% y ya son muchas las voces y analistas que recomiendan comprar y comprar.
Es cierto; estamos ante un activo alcista que nunca dejó de serlo en el fondo y que apresuradamente se ha visto en últimas sesiones aupado por el miedo de muchos inversores a una caída de las acciones. Por tanto, vuelve a buscarse refugio para una posible tormenta.
Pero la verdad es que nunca dejó de serlo.
“De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, desde 2005 Rusia ha triplicado sus reservas de oro. Solo en 2014 al país le correspondió aproximadamente un tercio de todas las adquisiciones del metal por parte de los bancos centrales del mundo. Como resultado, a inicios de 2015 Rusia se situaba como el quinto mayor estado poseedor de oro. El Consejo Mundial de Oro calculaba sus reservas en 1.187,5 toneladas”
De acuerdo con el mismo ‘rating’, China se ubicaba justo después de Rusia, con 1.054,1 toneladas. Sin embargo, la mayoría de los analistas está seguro de que la cifra real es mucho más elevada, ya que desde hace años Pekín mantiene sus compras del metal en secreto”.
A raíz de estos comentarios, podemos clarificar que el oro nunca ha dejado de ser un activo refugio pero lo que no vamos a negar es que en el corto plazo se está produciendo una subida más crítica por minoristas que por mayoristas, es decir, que son los pequeños inversores los que a últimas instancias están entrando a precios actuales y esto siempre conlleva un riesgo: el riesgo de la corrección.
Nuestros objetivos más inmediatos a corto plazo estaría entre los 1.100 y los 1.150$ la onza, pero a largo plazo vemos potencial hasta los 1.600$. Por tanto, nuestro escenario es que en breves fechas se va a producir una regulación de precios con el firme objetivo de expulsar a los minoristas de este activo y permitir posteriormente mayores avances.
Manuel Chacón
Departamento de Análisis Técnico de Iriondoinversiones
Iriondoinversiones.com