Los votantes británicos han optado por abandonar la Unión Europea (Brexit) y el pronóstico es que las conversaciones para establecer la nueva relación duren al menos dos años. A continuación vamos a detallar qué es lo próximo que debemos esperar desde un plano político y las implicaciones para los mercados financieros.
El primer ministro dijo que el viernes que se mantendrá en el cargo durante al menos tres meses para «estabilizar la nave». Después, «Gran Bretaña debería tener un nuevo líder para cuando su partido mantenga su conferencia anual en octubre y debe ser el próximo el primer ministro quien inicie las negociaciones formales de salida con la UE», señalan Ian Wishart y Matthew Campbell en Bloomberg.
¿Qué pasará después?
Cameron viajará a Bruselas esta semana para informar a los líderes de la UE sobre la situación británica. Los otros líderes nacionales van a querer saber qué tipo de relación quiere tener el Reino Unido con la UE. Cameron dijo el viernes que no accionará el inicio del proceso de secesión en virtud del artículo 50 del Tratado de la UE. Eso lo hará el próximo primer ministro del país.
Una vez que el artículo 50 se ponga en marcha, el Reino Unido tiene formalmente dos años para negociar su salida del bloque. Los analistas dicen que es poco probable que este sea tiempo suficiente para elaborar los complejos acuerdos comerciales y es probable que las conversaciones continúen durante mucho tiempo después de que el Reino Unido abandone la UE oficialmente.
¿Quién dirigirá las negociaciones?
Lo más probable es que el sucesor de Cameron sea uno de los líderes de la campaña Brexit, como el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, o el secretario de Justicia, Michael Gove. Su presencia puede endurecer la postura de otros gobiernos de la UE. El resultado de la votación también puede abrir las puertas a unas nuevas elecciones generales para despejar el camino y elegir un gobierno que asuma de forma específica la negociación con el resto de la UE.
¿Qué tipo de acuerdo quiere Gran Bretaña?
Eso está aún por decidir, y es algo que los partidarios del abandono de la UE no pudieron concretar durante su campaña. Tres temas en particular estarán en el foco de los inversores y ejecutivos:
– ¿Qué nuevo acuerdo regulará los 575.000 millones de dólares de comercio anual entre Gran Bretaña y el resto de la UE?
– ¿En qué condiciones podrán acceder las empresas británicas al mercado único de 13,6 billones de dólares de la UE?
– ¿Podrán los bancos domiciliados en el Reino Unido seguir haciendo negocios en el resto de la UE?
Hay tres opciones generales:
1. El modelo noruego
Si se aloja en el Espacio Económico Europeo, el Reino Unido seguiría teniendo acceso al mercado único de la UE y participaría en la libre circulación de trabajadores, y todavía contribuiría al presupuesto de la UE. Los bancos prefieren este modelo, ya que preservaría su acceso a los clientes de la UE.
2. Nuevo acuerdo
Negociar su propio acuerdo de libre comercio limitaría la mayoría de los aranceles comerciales entre el Reino Unido y el bloque de las 27 naciones pero tendrían que pasar años para calcular el grado de acceso a los mercados de Gran Bretaña. El acuerdo comercial entre la UE y Canadá tardó siete años en negociarse y todavía no se ha ratificado.
3. Normas de la OMC
El comercio con la UE en virtud de las normas de la Organización Mundial del Comercio evitaría la molestia de crear un nuevo acuerdo complejo y el Reino Unido podría fijar sus propias tarifas comerciales al igual que lo hacen Rusia y Brasil. Pero no tendría ninguna relación favorable con la UE o cualquier otro país.
¿Qué ofrecerá la UE?
La política interna desempeñarán un papel crucial y los líderes desde Helsinki a Atenas puede no querer dar un trato favorable con amplia acceso al mercado de Gran Bretaña debido a que correría el riesgo de alentar movimientos similares contra la UE en sus propios países.
La respuesta se divide en dos campos: el enfoque alemán pragmático que probablemente reconocerá que el Reino Unido necesita seguir siendo un importante socio comercial. Francia estará al frente del otro grupo que cree que la salida no debe ser fácil y que los países en el exterior no merecen las mismas condiciones favorables que los miembros de la UE.
Añada a esa mezcla el aumento del sentimiento anti-UE en el este de Europa, un motivo para una mayor integración en la zona euro y alguna simpatía entre los gobiernos nórdicos por la decisión de Gran Bretaña, y está claro que los próximos años no va a ser sencillos.»
Respecto a los mercados, los analistas de Deutsche Bank salieron al mercado el viernes con una nota donde daban su opinión sobre el impacto del Brexit en los mercados financieros:
«Esperamos que el crecimiento del PIB del Reino Unido en 2’17 sea del 0,9%, un 1,2% por debajo del escenario ‘permanecer’. La zona del euro se verá afectada negativamente (-0.4% hasta el 1,1% en 2017). Los bancos centrales actuarán probablemente para amortiguar las condiciones financieras más restrictivas. Las líneas de liquidez están en vigor. Por lo menos, esperamos que el Banco de Inglaterra recorte las tasas de interés. El BCE comunicará su disposición a actuar, pero las políticas más eficaces se enfrentarán a restricciones políticas. Clasificamos las opciones de política del BCE en términos de probabilidad.
1. El Brexit abre un largo periodo de incertidumbre. Creemos que se tardarán unos tres años para que se establezca un nuevo acuerdo entre la UE y el Reino Unido. La política determinará el coste a largo plazo. Es proco probable un gran avance hacia la integración europea.
2. El índice Stoxx 600 puede caer un 15% en el corto plazo (hasta 295). El rendimiento del bono alemán a 10 años debe situarse alrededor del -0,10/0,15 por ciento. Los activos de la periferia estarán bajo presión, en especial las acciones bancarias. En una venta masiva ordenada, esperan que el índice CDS iTraxx Europe se amplíe 25-100 puntos básicos.
3. Las consecuencias para la economía mundial son más limitadas. Es de esperar que el crecimiento mundial para 2017 se vea impactado en un 0,2 por ciento hasta el 3,4 por ciento. Existen riesgos a la baja. Una crisis bancaria europea es uno de ellos. Una confluencia de shocks globales (por ejemplo, un aterrizaje brusco de China) es otro.
Fuentes: Deutsche Bank, Bloomberg
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa