La victoria del Brexit provoca numerosos efectos colaterales, cada uno de ellos con muchas ramificaciones en los mercados financieros. Hoy vamos a ver cómo influye en la Fed y si ello animará o no a que suban los tipos de interés este año.
Es cierto que la Reserva Federal de los Estados Unidos no venía teniendo demasiados motivos como para mover ficha y subir los tipos de interés. La inflación no terminaba de crecer y el ritmo de creación de empleo se había reducido drásticamente. No eran motivos para olvidarse de subidas de las tasas, pero sí cuanto menos para aplazar el momento, para posponerlo, sin prisa alguna, ya que en estos casos precipitarse acarrea consecuencias negativas.
Pero claro, la victoria del Brexit introduce un nuevo elemento en la baraja, un elemento que ahora pasaría a tener un peso más que notable y esto sí que debiera de ser motivo para la Fed.
En efecto, me estoy refiriendo al fortalecimiento del dólar. Y es que la enorme incertidumbre que se abre a partir de ahora con el Brexit, unido a la apreciación del billete verde, son motivos de peso para que Janet Yellen retrase cualquier decisión de subida de tasas de interés.
Un fortalecimiento del dólar supondría dos hechos a tener en cuenta:
- Es negativo para las exportaciones norteamericanas y presiona a la baja los precios de importación.
- Incrementaría la presión para que China deprecie el yuan y ya vimos no hace mucho cómo este hecho aumentó considerablemente la volatilidad en los mercados financieros, motivo por el cual la Fed decidió no tocar los tipos de interés.
Y no olvidemos la presión que China está ejerciendo al afirmar que una potencial subida de los tipos de interés de Estados Unidos puede debilitar las divisas de las economías emergentes y provocar una salida de capitales. Y no sólo China, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) comentó que un dólar fuerte supone una amenaza para la estabilidad económica mundial, ya que sobrecarga el sistema bancario y los mercados financieros.
Es más, ya hay algunas voces en Wall Street que hablan de que si a todo ello se le une que la economía del país no crece como debiera, la Fed incluso podría verse obligada a recortar las tasas de interés. La propia Janet Yellen reconoció hace poco que tienen la autoridad legal para llevar las tasas de interés por debajo de cero, pero que no tiene intenciones de hacerlo, al menos por ahora.
De momento es significativa la información que aporta The Wall Street Journal en lo referente a que los futuros de fondos federales de la Bolsa de Chicago no confían mucho en cambios por parte de la Fed, a día de hoy la probabilidad de ver subidas de tipos en julio o en setiembre se encuentra prácticamente en el 2%, siendo de un 19-20% a final de año.
El pasado viernes la entidad norteamericana emitió el siguiente comunicado: “La Reserva Federal está preparada para proveer liquidez en dólares a través de las líneas existentes de swaps con los bancos centrales, en la medida en que resulte necesario, para atender las presiones en los mercados, lo que podría tener implicaciones adversas para la economía del país.”
Es decir, la Fed ha establecido líneas de swap en dólares con cinco bancos centrales (el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Canadá) a través de las cuales ha puesto fondos a disposición de esas instituciones financieras en el caso de que el Brexit suponga una amenaza a las diversas economías.
Por tanto, y como idea a tener en cuenta, si este escenario que les planteo es el correcto (cosa que a día de hoy pienso que sí), el dólar no tiene motivos para fortalecerse frente a las divisas beneficiadas del Brexit (el franco suizo y el yen japonés), por lo que, salvo que sus respectivos Bancos Centrales intervengan de manera muy intensa (porque no se engañen, están interviniendo desde el viernes), debiéramos de seguir viendo al billete verde depreciarse frente a estas dos monedas, lo que se traduciría en caídas en usd/jpy y en usd/chf.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es