Reino Unido votó por abandonar la Unión Europea, mostraron los resultados del referéndum del jueves, un resultado que deja al país en un sendero de incertidumbre y que asesta el mayor golpe a los esfuerzos de unión del continente desde la Segunda Guerra Mundial. Los mercados financieros mundiales se desplomaban después de que los resultados, casi completos, mostrasen una victoria del 51,8 por ciento para la opción de abandonar el bloque, frente al 48,2 por ciento a favor de la posibilidad de permanecer en la UE.
La libra esterlina sufría su peor caída diaria al desplomarse más de un 10 por ciento frente al dólar, tocando un mínimo de 31 años debido a los temores del mercado de que la decisión golpearía con fuerza la inversión en la quinta mayor economía del mundo.
La votación provocará dos años de conversaciones de divorcio con la UE, provocará dudas sobre el papel de Londres como capital financiera global y pondrá mucha presión para que renuncie el primer ministro David Cameron, aunque durante la campaña prometió permanecer en el cargo independientemente del resultado.
El euro caía más de un 3 por ciento frente al dólar por la preocupación de que un Brexit provoque un daño económico y político a lo que se convertirá en la unión de 27 miembros. Los inversores acudían a activos refugio como el oro, mientras el yen subía. Las bolsas europeas iban encaminadas a abrir con una bajada de entre el 6 y el 7,5 por ciento.
No hubo comentarios directos del Banco de Inglaterra. Los responsables mundiales se preparaban para actuar para estabilizar los mercados, con el ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, prometiendo «responder como sea necesario» en el mercado de divisas.
Las fuerzas euroescépticas británicas se mostraban eufóricas, celebrando una victoria a la que calificaron como una protesta contra los líderes británicos, las grandes empresas y los políticos extranjeros -incluyendo a Barack Obama- que habían instado a una permanencia del Reino Unido en el bloque.
«Atrévanse a soñar que amanece en un Reino Unido independiente«, dijo el Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP).
«Si las predicciones son correctas, esta será una victoria para la gente real, para la gente normal, una victoria para la gente decente (…) Dejemos que el 23 de junio se convierta en nuestro día de la independencia», agregó.
El dirigente calificó a la UE como un «proyecto condenado».
Para las 0541 (0441 GMT) se había recontado el 93 por ciento del voto, haciendo irreversible la ventaja por la opción de abandonar la UE.
Cuando se le preguntó si el primer ministro británico, David Cameron, quien convocó al referendo en el 2013 e hizo campaña a favor de la permanencia en la UE, debería renunciar si Reino Unido decidía dejar el bloque, Farage dijo: «De inmediato».
Dejar la UE podría costarle a Reino Unido el acceso al sistema de mercado único sin barreras y significaría que debería buscar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo. Obama dijo que Gran Bretaña estaría «al final de la fila» para un pacto con su país.
La UE, en tanto, quedará debilitada económica y políticamente, enfrentando la salida no sólo de uno de los miembros que ha defendido con más fuerza las políticas de libre mercado, sino también de un país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con un Ejército poderoso. El bloque perderá de golpe cerca de un sexto de su producción económica total.
Se espera que Cameron informe formalmente el resultado a sus homólogos europeos dentro de pocos días y que prepare las negociaciones para la primera salida de un estado miembro de la UE, algo que él ha dicho que sería irreversible.
El líder británico convocó al referendo en 2013 en un intento por reducir la presión de los euroescépticos locales, incluidos algunos al interior de su propio partido. Inicialmente considerada como un triunfo fácil, la votación ha puesto su futuro político en riesgo.
Boris Johnson, miembro del Partido Conservador y exalcalde de Londres que se convirtió en el rostro más reconocible a favor de la salida de la UE, buscaría convertirse en el próximo primer ministro.
Los sondeos de opinión mostraron resultados dispares durante los cuatro meses de una enconada campaña, y el bando a favor de la permanencia consiguió la ventaja la semana pasada después de que la parlamentaria europeísta Jo Cox fuera asesinada. El ataque conmocionó a los británicos y generó preguntas sobre si el tono del debate estaba fomentando la intolerancia y el odio.
Al final, sin embargo, quienes preferían seguir en el bloque no pudieron detener una ola de desencanto con una Europa que muchos británicos ven como lejana, burocrática y sumida en una crisis permanente.
(Escrito por Mark John. Editado en español por Ricardo Figueroa y Javier Leira)
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