El discurso de Powell en Jackson Hole el viernes estuvo marcado por su optimismo respecto de la habilidad de la Reserva Federal para conducir la inflación hacia el umbral del 2% mientras que simultáneamente consigue mantener el mercado laboral sostenido.
Por si sucediese algo imprevisto, o que por el momento prefiere no divulgar, dijo que el actual nivel de tipos de interés en el 5.5% facilita amplio margen de actuación para responder a cualquier riesgo que pueda sobrevenir.
Sin embargo, haciendo gala del tradicional uso de la política de comunicación ambigua incierto (FedSpeak), Powell también apuntó que el mercado laboral se está enfriando, que no atisba ni será bienvenido un empeoramiento de las condiciones del mercado laboral; «Cooling of labor market is unmistakable” … “we do not seek or welcome further cooling in labor market conditions”.
La evolución del mercado de trabajo en las últimas semanas con activación de la Regla Sahm, deterioro de las expectativas de nuevas contrataciones, aumento de las peticiones de subsidio al desempleo, crecimiento interanual de los desempleados en porcentaje (ha pasado a positivo y suele coincidir con fases previas a fuerte enfriamiento económico), etcétera, son factores que deberían preocupar a las autoridades, como seguramente está sucediendo a puertas cerradas.
En el discurso, Powell también se refirió a la reacción de la FED frente a la fuerte subida de la inflación sufrida hace dos años, reconociendo tímidamente el error inicial al pensar que las presiones de precios serían transitorias.
Al margen de la literatura que envolvió el discurso, lo mollar y mensaje que el mercado deseaba escuchar respecto de la bajada de tipos fue comunicado por el Sr Powell con claridad: «Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria” y resultó en una respuesta alcista inmediata de las cotizaciones.
Así, el Sr Powell no decepcionó, como creíamos razonable que sucediera considerando la sobrevaloración de los mercados de acciones y entorno de complacencia y optimismo exuberante generalizado.
El comentario de Powell proclamando que hallegado elmomento de proceder a rebajar tipos estuvo alineado con las declaraciones de dos miembros del FOMC el día anterior.
Susan Collins, presidente de la FED de Boston, expresó una opinión prácticamente igual a la pronunciada por Powell en su discurso:
- «We’ve seen quite a lot of reduction in inflation. The reduction to me is consistent with more confidence that we are on that trajectory and with labor markets healthy overall, I do think that soon it is appropriate to begin easing,»
- «It will soon be appropriate for the Federal Reserve to begin a rate-cutting cycle»,
- «Officials should move gradually when they begin easing, not seeing any big red flags in the economy…», «I think a gradual, methodical pace once we are in a different policy stance is likely to be appropriate,»
Harker, presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, afirmó en una entrevista a CNBC muy similar opinión, usando la misma referencia «metódica» de Collins acerca del proceso de bajada de tipos. La coordinación en la política de comunicación de la FED es evidente
- “In September we need to start a process of moving rates down,”
- «I want more information before deciding whether a 25 or 50 basis-point move would be appropriate next month.»
- “I think a slow, methodical approach down is the right way to go».
Los 3 grandes índices rebotaron más de un punto porcentual después del discurso, mientras que el índice más sensible a los movimientos de tipos de interés, el de pequeñas empresas Russell-2000, fue el más beneficiado y se anotó un +3.2% en la sesión del viernes, seguido del Nasdaq, +1.47%, el SP500 +1.15% y el Dow Jones +1.14%.
RUSSELL-2000, semana
NASDAQ 100, 60 minutos
SP500, 60 minutos.
DOW JONES, 60 minutos.
Otra de las reacciones inmediatas tras la confirmación del inminente comienzo del ciclo de bajadas de tipos fue el debilitamiento del Dólar, particularmente contra el Yen, enviando el cruce hasta la referencia de control que venimos vigilando en los últimos días (trazo rojo).
Si el Dólar-Yen perfora en cierres esa zona regresarán los temores al mercado y resurgirán las presiones sobre el carry trade que provocaron el fuere latigazo bajista de los índices bursátiles en las primeras sesiones de agosto.