Habíamos mencionado esta misma semana que el Euro comenzaría a sentir la presión de que el Banco Central Europeo haya decidido recortar su tasa de interés la próxima semana.
El avance del Dólar, visible en prácticamente todos los frentes el miércoles, se hizo más notorio aún frente a la moneda única, que en las primeras horas del jueves ve peligrar su estabilidad por encima de 1.0800, nivel que quebró momentáneamente en la víspera.
El BCE mantiene su tasa de interés en el 4.5% desde septiembre de 2023, después de aumentar la misma de 0 a tal nivel en sucesivas alzas desde julio de 2022. La entidad que conduce Christine Lagarde fue la última en reaccionar ante la inflación creciente en esa época, posterior a la pandemia de 2020, y consecuencia de la enorme emisión que desde entonces los bancos centrales se encargaron de realizar.
Un escenario que incluya al BCE recortando tipos frente a una Fed que se empeña en mantenerlos altos hasta donde pueda (5.5% en su nivel más alto desde diciembre de 2000) suena sumamente extraño. Y sin embargo, todo indica que el 6 de junio va a ocurrir.
El Euro puede seguir retrocediendo en las próximas horas, a despecho de su sobreventa de corto plazo, visible en los gráficos de 4 horas. Es verdad que el calendario de noticias de esta semana es particularmente modesto, y que recién el viernes, con el deflactor de inflación en Estados Unidos, podríamos ver un movimiento de cierta relevancia.
Desde ese lugar, podríamos decir que el Dólar se prepara para ceder posiciones justamente el viernes con dicho informe. A falta de noticias, si un activo crece antes de un dato, cae después, prácticamente sin excepciones.
Pero una eventual baja del billete el viernes no sería obstáculo para que el euro se acerque a la zona de 1.0700 próximamente. Para ello, en principio, habrá que esperar varios días.
La Libra esterlina, sin la presión del Euro, cotiza apenas por debajo de 1.2700. La debilidad del euro resalta la estabilidad de la moneda británica, con el par EUR/GBP en mínimos de agosto de 2022, cuando la situación era distinta para ambas divisas, y se acercaban a sus respectivos mínimos históricos.
La Libra tampoco tiene mucho para ganar en las próximas horas. El quiebre de 1.2680 derivará en una baja sustancial de la misma, para buscar 1.2600 como soporte de importancia.
El Yen no logra siquiera recuperar un puñado de puntos. La moneda nipona se acerca a 158.00, un valor insólito en el cruce USD/JPY, y solo explicable por los movimientos especulativos de fondos que apuestan al carry trade con monedas de alto rendimiento, al aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, y a la inmovilidad del Banco de Japón, que mira para otro lado mientras su moneda se derrite.
La onza de Oro apunta a la baja en el corto plazo. Pese a que pareció dispararse el lunes después del agravamiento del conflicto en Medio Oriente, la onza pierde velocidad y fuerza, apuntando a la zona de 2300 dólares. En el gráfico de 1 hora, el triangulo bajista del Oro anuncia una baja a la zona de 2315 dólares en estas horas, a la espera de una baja mayor durante la sesión americana.
El índice Dow Jones termina el mes, salvo algo excepcional, cediendo todas sus ganancias de mayo. Cotiza en el mismo nivel del inicio del período, cuando contradiciendo el discurso duro del Sr. Powell posterior a la reunión de la Fed, se disparó para tocar máximos históricos hasta mediados de mes. Desde ya, este movimiento favorece claramente al dólar.
El PBI revisado del primer trimestre, las peticiones semanales de subsidio por desempleo (ambos a la 8:30 del este) y las ventas pendientes de viviendas serán los disparadores de precios de este jueves. Sin embargo, los mercados estarán pendientes de un dato clave que se conocerá en la sesión asiática del viernes: el PMI de manufacturas de China, que tendrá especial impacto en las materias primas. Todo ello, claro, previo a los datos de inflación de Estados Unidos antes mencionados, y previstos para el viernes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.