Me escribe Pedro Antonio Moreno, especulador y seguidor de la Bolsa al instante. «Lo de Repsol y el corifeo de analistas, que se copian unos a otros, para que no los echen de sus puestos de trabajo (es casi imposible encontrar voces discordantes entre las casas de análisis) es tragicómico. Compré acciones entre 9 y 10 euros, justo cuando todas las casas de análisis, principalmente los grandes bancos anglosajones, estaban entonando el R.I.P, el descanse en paz. Ya la habían enterrado. Recomiendo a los lectores de esta sección que busquen en las mejores bases de datos todas las recomendaciones que se han hecho sobre la multinacional española en los últimos seis meses y que memoricen los precios objetivos que fijaban los denominados expertos. Y ahora, lo mejor. Otra recomendación: retengan en su memoria los informes que salen a la luz en las últimas horas predicando justamente lo contrario y subiendo los precios objetivos de Repsol. Yo, tan contento con mi posición, claro, pero muy hastiado de tanta verborrea, tanto desorden analítico ¿Cómo pueden cargarse de un plumazo una compañía de estas características y decir poco después aquello de donde dije digo, digo Diego? Lo malo de esta cuestión es que hay muchos gestores que creen a pies juntillas lo que dicen los grandes de las finanzas. Recuerden aquello del sentimiento contrario. Si lo de Repsol ha sido un «zasca» de «zascas» en toda regla…»
«Me gusta el sustantivo «zasca«. Está de moda. Muy interesante la explicación que hace la Fundéu BBVA al respecto. Lean:
El sustantivo zasca es una palabra válida para aludir a una réplica cortante, rápida y a menudo ofensiva en un debate o una conversación.
Aunque todavía no aparece con ese significado en los principales lexicones, el Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, incluye esa palabra como una interjección, asimilable a zas y explica que ambas se usan para imitar el sonido de un golpe o para denotar el carácter súbito o sorpresivo de un hecho.
A partir de este sentido, tanto zas como zasca han empezado a utilizarse coloquialmente como sustantivos masculinos (un zas, un zasca) para referirse a lo que también podría denominarse un corte, un hachazo dialéctico o una bofetada verbal.
Ese nuevo uso, propio del español de España y al principio más habitual en las redes sociales, los foros digitales y los programas de entretenimiento, se ha extendido ya a los medios de comunicación.
Así es frecuente ver frases como «Los ‘zascas’ del debate», «Se trata de ver quién pronuncia el eslogan más potente, la réplica más ingeniosa, el zasca más zasca» o «El presentador terminó el programa con un claro zasca a su competencia», en las que la utilización de esta voz puede considerarse adecuada.
Como se ve en los ejemplos anteriores, en ocasiones se resalta el término entre comillas, aunque no es preceptivo hacerlo.
Respecto al origen de la voz, podría tratarse de un acortamiento de zascandil, que, si bien en su uso actual se refiere a ‘una persona despreciable, ligera y enredadora’, era originalmente un ‘golpe repentino o una acción pronta e impensada que sobreviene’…»
«Si leen con detenimiento verán que los «zascas» están de moda en la Bolsa española ¿El próximo «zasca» de «zascas»? La banca mediana, a la que lestán dando hostias por los cuatro costados desde mediados del año pasado. No pasará mucho para que veamos la reversión del fenómeno…»
«Y esta nueva historia de amor entre los analistas y Repsol comenzó el jueves 5 de mayo con motivo de la presentación de resultados: Repsol dijo que su beneficio neto ajustado a extraordinarios y coste de reposición de reservas (CCS) se situó en 572 millones de euros en el primer trimestre del año. El resultado es inferior a los 928 millones del año anterior, pero se sitúa por encima de las expectativas más optimistas del mercado al regresar a la rentabilidad su negocio de exploración y producción (upstream). El EBITDA CCS subió un 6 por ciento interanual hasta 1.242 millones de euros. La petrolera dijo en un comunicado que el resultado en «upstream» tuvo un resultado positivo de 17 millones de euros frente a pérdidas de 190 millones un año antes y números rojos de 276 millones en el último trimestre de 2015. En el resistente negocio de refino o «downstream», el resultado mejoró un 4 por ciento a 556 millones de euros a pesar de un descenso del margen de refino en España, gracias a la contribución del área de petroquímica…»
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa