La idea que hay que tener presente es que si se alcanza un acuerdo en Doha en lo referente a congelar la producción de petróleo tendría efectos alcistas en el precio del crudo y los famosos 50 dólares por barril estarían como primer objetivo o meta.
Repsol produjo 715.000 barriles de crudo en el primer trimestre del año, lo que implica un incremento del 101,4% con respecto al mismo periodo del anterior ejercicio, y eso teniendo en cuenta que el precio del barril estaba un 37% más barato que en el mismo trimestre del año 2015.
Si observan el gráfico de medio plazo, a finales del mes de enero el precio de la cotización de Repsol llegó al fuerte soporte que data nada más y nada menos que del año 2012, frenando las caídas y rebotando con fuerza al alza.
Este rebote tiene visos de seguir vigente y de ir en busca del primer objetivo o proyección que se situaría en los 11,55-12 euros, máxime si el precio rompe el patrón simétrico por su parte alta, patrón que va disminuyendo el rango a medida que va culminando poco a poco su vértice.
Y como tercer punto a favor estaría que las medias exponenciales están a punto de cruzarse al alza.
Eso sí, como primer escollo en el camino se encontraría con la resistencia de los 11 euros que además tiene justo ahí la media simple de 200. Salvándolo, tendría recorrido al alza.
La gestión de riesgo pasaría por no dejar que el precio cayese más allá de su zona niveladora, es decir, por debajo de los 9,10-9,14 euros la cosa empezaría a pintar fue, de manera que los stops loss debieran de ir calibrándose por ese entorno.
Su Beta es 1,42% de manera que el movimiento de las acciones de Repsol sigue la misma dirección que el de su índice de referencia, el Ibex 35 y con mayor volatilidad que éste.
Su Var es 0,43% con lo que por cada acción se arriesga un 4% diario.
La volatilidad anual registrada a 30 sesiones es del 40%, indicando nivel medio.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es