La Reserva Federal volvió a aumentar la tasa de interés el miércoles, llevando la misma al 5.5%, un nivel que no tenía desde mediados de 2001, en épocas de alta inflación. Con ese nuevo aumento, la tasa supera ligeramente a la de 2006 y 2007, del 5.25%, que dio origen a la crisis financiera más importante de la historia, en septiembre de 2008. Por supuesto, el banco central que lidera Jerome Powell se ampara en el combate contra la inflación. Una inflación creada por la misma entidad a través de interminables planes de estímulo, que comenzaron en marzo de 2020.
El presidente Powell pidió paciencia a los mercados, que parecen entrever una larga, o tal vez definitiva, pausa en la actual política agresiva, que acumuló 11 aumentos de tipos desde marzo de 2022.
El dólar cayó ante las monedas principales al cierre de la sesión del miércoles, con el euro cerca de 1.1100, la libra esterlina apuntando a 1.3000 y el yen apenas por encima de 139.00, valores que tocaron estas divisas apenas conocidos los anuncios de la Fed.
La interpretación que los mercados le den a estas noticias la tendremos más clara en los próximos días. Si bien Powell remarcó que la actividad económica se mantiene sólida, que el mercado laboral no ha sufrido complicaciones, y que el sistema bancario goza de buena salud, el FOMC sabe que abusar de los aumentos de tipos en momentos en que la inflación baja puede ser un problema a mediano plazo.
Lo que el banco central no parece tener del todo en cuenta es que no es solo su mérito que la inflación se acerque a los objetivos, sino a la baja del consumo que era esperable después de que los consumidores dieran rienda suelta a los gastos en los meses posteriores a la pandemia.
Los funcionarios de la Fed parecen ser buenos teóricos en materia de inflación, pero es evidente que no han vivido en carne propia tal fenómeno. El tratamiento que la Fed le ha dado a este ciclo iniciado en marzo de 2020 con planes de estímulo siderales, que a su vez dieron lugar a una inflación récord de 40 años, y la forma que eligió para combatirla rayan en lo absurdo, y demuestran una vez más la diferencia entre la teoría que se aprende en los claustros universitarios y la vida real.
Lo que se puede esperar en las próximas horas es un nuevo embate del dólar en varios frentes. Será difícil que el billete ceda en un primer impulso, dado que además Powell prometió seguir ajustando la tasa en la medida en que ello sea necesario. Si elige el camino de la sensatez o no lo veremos en los próximos meses.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
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