¿Punta del iceberg ante el acoso de los nuevos actores en el mercado de la intermediación bancaria? Por supuesto. También, transparencia de BBVA que ha indicado en su informe 20-F remitido a la Comisión de Mercados de Valores de Estados unidos (SEC, por sus siglas en inglés) los potenciales riesgos asociados con el contexto global, como el débil crecimiento económico mundial, la presión en los márgenes del negocio bancario por el entorno de tipos de interés bajos o el impacto de los menores precios del petróleo. En cuanto a España, el informe apunta que aunque el desequilibrio en la balanza por cuenta corriente se ha corregido, la economía creció un 3,2% en 2015 y el déficit público está disminuyendo, la economía española es «particularmente sensible» a las condiciones económicas de la eurozona. Así pues, una potencial interrupción en la recuperación de la eurozona podría tener un efecto adverso en el crecimiento económico español. También recuerda que el Grupo BBVA está presente en mercados emergentes como América Latina y Turquía, que generalmente son objeto de mayores riesgos que los desarrollados.
El informe realiza a continuación un ejercicio teórico sobre una depreciación de los activos causada por un empeoramiento de las condiciones de mercado. También señala que un deterioro en el mercado inmobiliario afectaría a la exposición del banco a este sector.
Después, repasa las principales novedades legislativas, regulatorias y de cumplimiento. Otra novedad mencionada es la Directiva de Recuperación y Resolución de Entidades (BRRD por sus siglas inglés), que capacita a las autoridades a intervenir rápidamente una entidad para asegurar su continuidad y minimizar el impacto en el sistema financiero y en la economía.
El documento dedica un apartado a los riesgos relacionados con impuestos, como la posible futura tasa a las transacciones financieras en Europa o la nueva contribución anual al Fondo de Resolución Nacional, que se suma a la contribución al Fondo de Garantía de Depósitos. También analiza los pasos dados hacia la unión bancaria y fiscal. El informe trata después los riesgos relacionados con el cumplimiento de normativas sobre prevención de lavado de dinero, financiación al terrorismo y corrupción.
Por otro lado, en cuanto a posibles cambios normativos locales, el documento incide en potenciales riesgos en cambios de regulación en mercados emergentes que puedan estar relacionados con expropiaciones, nacionalizaciones, legislación sobre derechos de propiedad para extranjeros, límites a los tipos de interés, control sobre tipos de cambios, restricciones en dividendos o políticas impositivas.
El informe expone brevemente los riesgos relacionados con las adquisiciones y desinversiones del grupo BBVA, así como las posibles acciones legales que puedan surgir en el futuro por la naturaleza del negocio bancario.
La última parte de los Factores de Riesgo del documento está dedicada a temas de seguridad, sistemas tecnológicos, diferencias en la información requerida por los reguladores americanos y españoles, y al hecho de que los estados financieros incluyen valoraciones en función de las estimaciones de la compañía.
El informe anual 20-F es un requerimiento del regulador de Estados Unidos a las empresas extranjeras que cotizan en este país. Este documento, igual que otros registrados con reguladores, incluye un capítulo denominado Factores de Riesgo, donde las empresas se plantean los peores escenarios posibles en todos los ámbitos, con el fin de advertir a los inversores de su potencial impacto en la entidad.
En el caso de BBVA, como en el de otras empresas, el contenido de los Factores de Riesgo no refleja la posición central del banco sobre los temas de actualidad, sino que persigue proteger al banco frente a posibles demandas legales.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa