La semana que termina no ha sido, justamente, la más atractiva en cuanto a los movimientos de precios en los activos principales. El dólar no logró consolidar ciertas ganancias que había obtenido ante el euro, la libra esterlina y el franco suizo, y solo se mantuvo fuerte ante el yen, si bien la moneda nipona logra, en las primeras horas del viernes, recuperar parte de sus pérdidas.
La ausencia de datos clave cuando faltan dos semanas para la decisión de política monetaria de la Fed tiene que ver con esta suerte de pausa que se toman los mercados. En ese sentido, las especulaciones acerca de un nuevo aumento de tipos de interés por parte del banco central en la reunión del 3 de mayo crecen día a día.
Después de 8 aumentos consecutivos, que dejaron como saldo la caída de varios bancos de alto nivel en Estados Unidos y Europa, con una corrida que a duras penas frenaron los bancos centrales colocando montañas de dinero, un nuevo aumento aparece totalmente innecesario. Sobre todo si se tiene en cuenta que la inflación, que los mismos bancos centrales causaron estirando cómodamente sus planes de estímulo posteriores a la pandemia, está dando señales firmes de bajar.
Resulta llamativo y hasta gracioso ver a los oficiales de la Fed pidiendo más pruebas de que el costo de vida se encaminará a los niveles deseados, del 2 al 2.5%. Después de lo ocurrido, estos funcionarios deberían brindar pruebas de su aptitud para el alto cargo que ocupan, en lugar de esperar que la economía se las brinde a ellos, con un sobrante de al menos 3 billones de dólares, que a cuentagotas va rescatando.
Lo cierto es que todo parece encaminarse a un nuevo aumento de tipos, que revestiría el carácter de preventivo. El daño que se le causa a la economía con estas medidas es muy alto, como ya lo advirtió el presidente Powell en su hora. Sin embargo, la Fed se mantendría en esta postura.
El dólar aprovecha estos rumores, que dejarán de serlo en pocos días, e impide que el euro alcance nuevos máximos del año por encima de 1.1070, nivel que tocó el viernes pasado. Detrás del euro está la libra, que tiene el mismo problema, pero en 1.2500.
El yen logra recuperar unos 100 puntos de sus pérdidas de las últimas sesiones favorecido por una baja de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que de todas maneras siguen bien por encima del 4% (los de dos años). Un alivio para el yen, que deberá luchar bastante para retomar su senda alcista, en momentos en que la Fed parece tornarse agresiva nuevamente.
Este viernes, la agenda estará cargada de datos. Los de manufactura y de servicios, en ambos márgenes del Atlántico. Del lado de Estados Unidos parecen tener un mejor pronóstico, aunque solo los de servicios lograrían situarse en fase de crecimiento, por encima de los 50 puntos. Los de Alemania estarán lejos de dichos parámetros, sobre los de manufacturas, que son los que más impactan en el euro.
Estos informes, que también incluyen las cifras de Reino Unido, pueden tener un efecto inmediato y decisivo en las monedas líderes. Entre ellas, el dólar parece ser el que menor tiene para ganar en el corto plazo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.