Pese a que las cifras de ventas minoristas ofrecieron guarismos peores de lo esperado, y en los últimos tiempos esto equivale a una baja del dólar, el billete logró hacer pie frente a las monedas principales el viernes.
Las declaraciones de Cristopher Waller, miembro de la Reserva Federal, en el sentido de que hará falta seguir aumentando la tasa de interés dado el contexto de alta inflación reinante en Estados Unidos, decepcionaron a los mercados, que esperan una mayor moderación, e incluso un recorte de tipos de interés por parte del banco central en los próximos meses.
La recuperación del dólar se vio reflejada en especial ante el yen. La moneda nipona luce débil en estos tiempos, y el rally del billete la dejó en cercanías de 134.00, un nivel cuyo quiebre podría acelerar una baja adicional. Sin embargo, la sobre venta del yen en el corto plazo alienta su recuperación, al menos momentánea.
El euro, pese a que sufrió durante buena parte del viernes la embestida del dólar, abre la semana en la zona de 1.1000, un nivel que lo encuentra a mitad de camino entre el inicio de su tendencia alcista actual en 1.0800, y la cobertura de un gap de febrero de 2022 que aparece como su norte, en 1.1270.
La titular del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, le dio aire adicional al euro, al afirmar que la inflación irá bajando lentamente en la Eurozona, pero dejando abierta la posibilidad de que el banco central siga aumentando la tasa de interés en las próximas reuniones.
Como quedó mencionado en esta columna en varias oportunidades, el BCE tiene mayor margen de maniobra que la Fed para endurecer la política monetaria sin afectar esencialmente a la economía local. La Fed provocó, con sus sucesivos y agresivos aumentos de tipos, una crisis bancaria que aún no ha terminado, con un final abierto.
La libra esterlina también cede posiciones, luego de superar la semana pasada 1.2500. La divisa británica deberá luchar en gran forma para superar tal nivel sin regresar en un corto plazo. Y ello dependerá del comportamiento del dólar.
Hasta la onza, ya en camino de tocar sus propios máximos históricos, debió conformarse con una caída de mediano tenor. Si bien ronda los 2000 dólares, deberá esforzarse para superar los 2050 dólares de la semana anterior.
Con todo, el rally de la moneda estadounidense no parece tener mucho para extenderse. Si bien el Sr. Waller no equivoca el diagnóstico (la inflación sigue muy alta), será difícil que la Fed siga aumentando la tasa sin que las consecuencias sean peores que las que ya vimos en las últimas semanas.
Por otra parte, si se analizan las cifras conocidas en abril sobre el mes de marzo, el banco central deberá replantearse seriamente -si es que aún no lo hace- sus próximas acciones. La creación de empleo no estuvo mal, pero sí lejos de sus antecedentes inmediatos. Las ventas minoristas cayeron más de lo esperado; la inflación cayó al 5%, frente al 5.2% que marcaban los pronósticos. Y así casi todas las cifras ya conocidas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.