Si bien la sesión del miércoles no quedará en el recuerdo como una de las más atractivas, el dólar volvió a ganar terreno en todos los frentes. El euro se acercó, sobre el cierre del horario americano, a 1.0700, nivel que ya había quebrado momentáneamente el martes, en tanto la libra esterlina, algo más firme, no puede con 1.2100. El yen, que por momentos parece retomar su impulso alcista, tampoco puede hacer frente a la fuerza del billete, y cerró en la víspera por encima de 131.30.
Diversos funcionarios, desde ambos lados del Atlántico, hablaron sobre política monetaria. Desde el Banco Central Europeo reiteran en cada oportunidad que pueden que si bien la inflación de la Eurozona parece haber llegado a un máximo, lejos está de retomar sus carriles deseados (2 a 2.5% anual), y que por tanto será necesario seguir aumentando la tasa de interés en las próximas reuniones.
Desde Washington, el presidente de la Fed fue enfático en este sentido un día antes, y de allí es que el dólar gana posiciones como quedó antes mencionado. Es evidente que entre ambas monedas, la norteamericana tiene el favor del mercado.
La ausencia de otras referencias macroeconómicas le está dando protagonismo a las declaraciones de los banqueros centrales, que aprovechan estar lejos de sus “períodos de silencio” para dar pistas acerca de sus próximas acciones.
De esta forma, el dólar se posiciona de buena forma para encarar la sesión del jueves. Los efectos del dato de empleos conocido el viernes, junto con un gran ISM de servicios se extienden en el tiempo, y tal pareciera que un ciclo alcista, de duración indefinida, es lo que le espera al billete.
A la baja de las monedas principales se suma la del oro. El metal precioso poco puede hacer en el contexto actual, y luego de rozar 1960 dólares, su pérdida de más de 100 dólares en poco más de una semana preocupa a algunos inversores que apuestan por un máximo histórico durante 2023. El año es largo, y es altamente probable que dicho máximo tenga lugar, aunque no sin antes sufrir algunos cimbronazos como el actual. Es sabido que la onza sirve solo para corazones duros.
Este jueves, las declaraciones de diversas autoridades del Banco de Inglaterra en materia de inflación serán determinantes para la dirección de la libra esterlina. El costo de vida se ha disparado en Reino Unido en los últimos meses, pese a los esfuerzos del BoE por bajarlo, a través de distintas acciones de política monetaria. La libra tiene una buena oportunidad de cambiar su pálido presente, aunque no será sino al quiebre de 1.2200 que lo logre. Lo mismo aplica al euro, que ante una reacción positiva de la libra podría ganar terreno, aunque lejos está de la zona de 1.0830, que debe superar con claridad.
Las peticiones semanales de subsidio por desempleo, habituales los días jueves, cierran el calendario de noticias de la fecha.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
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