Pese a que durante las últimas semanas había mostrado ciertos signos de debilidad, el dólar recuperó terreno en todos los frentes el miércoles. La bolsa de Nueva York sufrió un nuevo y fuerte retroceso, opuesto a lo que muchos esperaban, que era el rally de Navidad. Las acciones líderes no logran estabilizarse, algo que no es nuevo: viene de los días en que la Fed confirmó que seguirá subiendo la tasa de interés. Claro, a un ritmo menor al anterior, pero los aumentos se mantendrán, y el optimismo que reinaba en los mercados comenzó a diluirse.
En el mercado de divisas los movimientos se ven erráticos y espaciados. El euro se preparaba para apuntar a 1.0700 por segunda vez en varios meses, pero no pudo superar 1.0675, para acercarse a 1.0600 durante las últimas horas de la sesión americana. No se conocieron datos de interés que ameriten tal movimiento.
Lo mismo sucede con la libra esterlina, que sigue rondando la zona de 1.2000. El miércoles había superado con fuerza 1.2100, aunque no logró sostener sus ganancias. Tanto el euro como la libra se mueven en rangos de precios estrechos, ante un mercado que parece haber entrado en una pausa desde la semana pasada, y que no parece dispuesto a terminarla en las pocas horas de mercado que quedan en 2022.
El yen también cede terreno en estos días. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 2 años vuelven a crecer, lejos de sus máximos, pero superando 4.35%, lo cual impacta de lleno en la moneda nipona. Con todo, el cruce USD/JPY se mueve dentro de un canal alcista que por ahora se mantiene sólido, pero que podría ofrecer signos de fragilidad durante el horario asiático de este jueves.
Entre las materias primas, el oro sorprendió a primera hora llegando a un nuevo máximo desde junio, para perder la barrera de 1800 dólares en el horario americano. La plata y el platino, favorecidos por la flexibilización del gobierno de China en su combate contra el coronavirus, apenas logran ganar terreno, pero sin deslumbrar. Estos dos metales se han mostrado extrañamente inmóviles ante las oscilaciones del oro, que suele orientar sus movimientos. La onza mantiene una clara tendencia alcista de corto plazo, aunque debe superar los 1840 dólares, 50% de su baja 2070 / 1615 dólares, para comenzar a buscar lentamente la zona de 1900 dólares.
La ausencia de datos macroeconómicos ha hecho virar la mirada de los mercados hacia un probable escenario de recesión global en 2023. No hay motivos sólidos para soportar tal presunción. Los datos de empleo de Estados Unidos muestran que poco le han afectado los aumentos de tasa de interés agresivos de la Fed. Las ventas minoristas acompañan, el PBI creció en el tercer trimestre por encima de lo esperado, y el precio de las materias primas vinculadas a la energía van en franca caída. Y si Estados Unidos logra superar la presunción de recesión, el mundo entero puede hacerlo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College