Los efectos de las decisiones de política monetaria de los bancos centrales, conocidas la semana pasada, comienzan a tomar forma. La Fed volvió a aumentar los tipos de interés, es verdad que en un tono menor al anterior, pero prometiendo nuevos aumentos para el futuro.
De poco le sirvió al euro la agresividad mostrada por Christine Lagarde, titular del BCE, al anunciar que habrá varios aumentos de tipos en los próximos encuentros. Tampoco la libra esterlina se vio beneficiada ante el aumento del 0.5% del BoE, ante una falta de unanimidad en la decisión que ya se percibía desde antes, y que puso en relieve la divergencia entre los miembros del Comité de Política Monetaria del banco.
El euro se alejó de sus máximos de varios meses, por encima de 1.0730, y cerró la semana en un pálido 1.0590, con una perspectiva bajista para este lunes. La libra esterlina tampoco pudo con 1.2250, y quedó debajo de 1.2200. El yen, algo menos volátil que en días anteriores, cayó en forma moderada hasta 136.70, recuperando terreno sobre el final de la semana.
Precisamente, la decisión de política monetaria del Banco de Japón, prevista para este lunes 19 a última hora, será el dato más importante de una semana típicamente corta, como es la previa de Navidad. Lo que muchos esperan es, justamente, el tan mentado “rally de Navidad” en la bolsa de Nueva York.
Buena falta le haría a la primera bolsa del mundo cambiar su opaco desempeño de este año, en el que pasó de máximos de muchos años a mínimos de dos años y medio, para terminar en estos días a mitad de camino, pero con un tinte bajista y un ánimo que no da muchas esperanzas en el corto plazo.
Las acciones principales cerraron la semana anterior con pérdidas importantes. Entre ellas, se destacan Apple, en mínimos de seis meses, y Tesla, en niveles que no tocaba desde hace poco más de dos años. El sector de tecnología ha sufrido mucho este año, y si a ello se suma una personalidad saponácea como la del titular de la automotriz, Elon Musk, la empresa que dirige deberá luchar en buena forma para escapar a los precios actuales. Lo hará, claro, pero no por mérito propio, sino cuando el dólar deje de crecer.
¿Cuándo dejará de hacerlo? Es difícil precisarlo, pero más lo es que vuelva a buscar máximos ante las monedas principales. El euro, la libra y, sobre todo, el yen, tienen un buen camino alcista por delante, más allá de la cuestión de la tasa de interés, la inflación, la guerra y la recesión, las cuatro palabras que dominaron el vocabulario vinculado a los fundamentos este año.
El oro no encuentra forma de separarse de los activos de inversión, y se mueve como tales. Luego de llegar a 1825 dólares, cayó fuerte la semana pasada, para iniciar la actual cerca de 1800 dólares. No le falta demasiado para retomar un camino alcista más marcado. El oro es, desde la óptica de varios analistas, una de las mejores inversiones para los próximos meses, a lo cual esta columna adhiere.
El petróleo presenta un panorama desdibujado y volátil como pocas veces. La ha tenido difícil en 2022, con un aumento a más de una década y media con el inicio de la guerra en Ucrania. Lentamente fue perdiendo fuerza, para rozar un mínimo anual en 70 dólares pocos días atrás. La flexibilización del gobierno de China en su política de “covid cero” le dio algo de impulso, pero el dólar pudo más, y otra vez apunta a los mínimos mencionados.
Este lunes no tendremos, al menos durante el horario americano, datos relevantes. La sesión americana asoma movida, con un dólar que da batalla, aunque la misma parece tenerlo como perdedor de aquí a fines de diciembre.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College