Durante el fin de semana, y también el lunes, se originaron en China una serie de protestas que algunos analistas evalúan como las más importantes desde las marchas por la democracia de 1989. Las protestas tienen su origen en la política del gobierno local, que ha restringido, una vez más, la libre circulación de personas con el argumento de un rebrote de coronavirus en el país. Cabe acotar que, durante la parte más grave de la pandemia a nivel global, esto es entre marzo de 2020 y mediados de 2021, China reportó 90.000 casos en total, frente a las decenas de millones en el mundo.
Los mercados interpretan estas medidas como una señal de alerta en varios sentidos. Por un lado, la caída de la segunda economía del mundo, inmóvil en ciudades importantes. Por otro lado, las dificultades que pronto aparecerán en la cadena de suministros, con una demanda similar a la actual en el mundo, que por ahora no sufre el rebrote, y una oferta disminuida del lado de China. Por supuesto, las consecuencias de ello es una inflación nuevamente muy alta, cuando el mundo no termina de recuperarse de los máximos de inflación de varias décadas que alcanzó meses atrás. Estados Unidos es un claro ejemplo de ello.
Si todo lo mencionado se extiende en el tiempo, la Fed deberá nuevamente revisar su política monetaria, que en principio pensaba suavizar en diciembre con un aumento de tasa menor a los anteriores. Por el momento, se trata de una alarma que probablemente no tendrá impacto en la inflación de noviembre, con el mes casi terminado, y las mediciones ya realizadas. Pero sí podría tenerlo en la inflación de diciembre.
Esta situación se refleja en una fuerte caída de la bolsa de Nueva York, anticipada por una baja significativa en las bolsas europeas y, más temprano, las asiáticas. Los índices de Wall Street dejaron sendos gaps de inicio de sesión, que probablemente serán cubiertos en poco tiempo, aunque las dificultades que se avizoran están a la vista.
El euro, que rozó 1.0500 a primera hora, cayó más de 140 puntos en la sesión americana, al igual que la libra esterlina, que viene de tocar máximos de varios meses. La divisa británica perdió momentáneamente la cota de 1.2000, y podría continuar en una senda bajista durante las próximas sesiones si el problema en China se extiende en el tiempo. A todo esto hay que agregarle una inestabilidad económica en Reino Unido que se ve en la libra.
El yen logró cubrir el gap que había dejado en agosto pasado en 137.50 antes de caer nuevamente a la zona de 139.00. La moneda nipona luce más estable que semanas atrás, cuando llegó a mínimos de 34 años en 152.00, pero aún tiene un largo camino por recorrer para alejarse de los niveles actuales. Esto, en otras palabras, significa que la zona de 142.00/ 143.00 no le queda del todo lejos.
La onza de oro, al igual que la mayoría de las materias primas, se ha visto afectada por la ola de pesimismo por lo ocurrido en China. El petróleo ya se ubica en sus mínimos anuales, luego de llegar a máximos de 15 años en marzo. La zona de 70.00 dólares aparece nítida en el horizonte cercano para la materia prima, en una caída que puede afectar a sus monedas vinculadas, el dólar canadiense, el peso mexicano (la más estable de las divisas latinoamericanas, sin dudas) y el real brasileño.
Este martes, la presentación de Andrew Bailey, titular del Bank of England, y el índice de confianza del consumidor del Conference Board serán los eventos a seguir, ambos a las 10:00 del este.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
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