Como sucedió el jueves pasado, luego de los datos de inflación de septiembre, el dólar cayó modestamente en varios frentes el lunes. Ya desde la sesión asiática asomó esta posibilidad, al dejar varios gaps los pares principales de divisas.
El más significativo es el del cruce GBP/USD. La libra esterlina, muy golpeada en los últimos tiempos, aprovechó la pausa del dólar para superar 1.1400 en su mejor nivel, aunque indefectiblemente irá a cubrir el hueco que dejó entre 1.1175, precio de cierre del viernes, y 1.1222, precio de apertura y mínimo del lunes.
La moneda británica se mueve con fuertes oscilaciones, producto de la inestabilidad política y económica en Reino Unido. El gobierno de Liz Truss intenta mantenerse a flote, aunque sus decisiones no lo ayudan. El cambio de autoridades económicas poco efecto han tenido, y la impresión que queda es que a la libra aún le queda un camino bajista por recorrer, antes de intentar cambiar su tendencia de largo plazo. Cabe acotar que el 26 de septiembre la libra tocó su mínimo histórico en 1.0305.
El yen tampoco tiene mucho para festejar. Su precio llegó al mínimo de junio de 1990, o sea, 32 años atrás, al superar 149.00. Se trata de un precio insólito para una moneda de gran estabilidad como el yen, aunque no desenfocado respecto al euro, casi en mínimos de 20 años, y a la vapuleada libra esterlina. En los últimos 21 años, desde que el euro entró en vigencia como moneda de la Eurozona, nunca se había producido una situación semejante.
La baja del dólar fue aprovechada por el oro, aunque en forma parcial. El metal precioso no logró superar los 1670 dólares en su mejor nivel, y comienza la sesión del martes con una baja significativa, en la zona de 1650 dólares, y apuntando a nuevas pérdidas durante las próximas horas.
La bolsa de Nueva York, por su parte, redondeó una sesión muy positiva, con las acciones principales apuntando alto. Casi ninguna de ellas logró, sin embargo, cambiar su destino bajista de corto plazo.
Este descanso del dólar puede terminar muy pronto. No vale la pena pensar en un cambio de tendencia cuando se acentúan las posibilidades de que la Fed aumente la tasa de interés en un 0.75% en noviembre, y al menos un 0.5% en diciembre. Ni siquiera la caída de los rendimientos de los bonos del Tesoro logró cambiar esta ecuación, y apenas se produjeron correcciones en las monedas más importantes; el yen, siempre pendiente de esta materia, ni siquiera pudo recuperar parte de sus pérdidas de los días anteriores.
Con este panorama, es difícil no pensar en nuevos máximos del dólar ante el euro, la libra y el yen. De hecho, ante la moneda única los toca día a día, y frente al euro tiene un corto camino por andar hasta alcanzarlos. La libra hace pie, pero sin argumentos, lo que equivale a decir que en cualquier momento puede desbarrancarse nuevamente.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College