Las Minutas de la última reunión de política monetaria de la Fed no dejaron dudas: los funcionarios que componen el FOMC confirmaron su voluntad de seguir aumentando la tasa de interés hasta que la inflación se encamine por sus cánones normales, apuntando a largo plazo a un 2% anual.
No hay que olvidar que son los mismos funcionarios que livianamente (y hace menos de un año) decían que la inflación era un fenómeno transitorio. Es necesario recordarlo, porque si dentro de un tiempo las consecuencias de sus acciones actuales son las previstas, no dudarán en recortar la tasa con la misma vehemencia con que ahora defienden los aumentos.
Habitualmente, antes de datos tan importantes como los de inflación de septiembre, que se conocerán este jueves a las 8:30 del este, los mercados suelen presentar un camino errático. Esta vez no fue la excepción, y el miércoles las monedas principales se movieron sin una dirección clara, aunque conservando el dólar su tendencia alcista de corto plazo.
El euro y la libra esterlina lograron recuperar terreno a posteriori de las Minutas del FOMC, en parte como un acto reflejo con lo sucedido con las acciones de Wall Street, que sin fundamentos también ganaron posiciones. Pero fue algo efímero: todo queda pendiente para este jueves.
La excepción vino por el lado del yen. Luego de varios días de dudas, ante una posible intervención en el mercado de cambios por parte del Banco de Japón, la moneda local cayó a mínimos de 24 años, y se acerca a su mínimo de 1998, en 147.54. Si bien los rendimientos de los bonos del Tesoro siguen creciendo, la caída del yen parece incubar otras cuestiones. Y esta vez no tan vinculadas al aumento del costo de energía, que se ubica en promedio en niveles cercanos a inicio de enero.
En circunstancias como estas, conviene revisar las anteriores bajas del yen. La más importante, en términos de puntos, la tuvimos en febrero de 2020. Nadie lo sabía, pero la pandemia iba tomando forma en diversas latitudes. Cuando llegó a Italia, la bolsa de Nueva York se derrumbó, y el yen, por entonces en la zona de 112.00, creció a 101.00.
Dado que se ubica por encimad e 145.00, es prácticamente imposible que retome un nivel semejante durante mucho tiempo. Pero a semejantes bajas del yen le continúan noticias no muy auspiciosas para el mundo, que luego generan su recuperación. Veremos si es el caso.
Por el momento, y con una inflación que probablemente quede por encima de lo esperado (los pronósticos al respecto han tenido durante 2022 el mismo nivel de eficacia que las encuestas electorales en todo el mundo) el dólar no tiene mucho para perder.
Si la inflación subyacente queda por encima del 6.5%, que es el consenso, habrá que ir a buscar a las monedas líderes mucho más debajo de lo que cotizan ahora mismo. La inflación general podría caer unas décimas, pero nadie mirará demasiado esa cuestión, que es la que más afecta a los consumidores.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College