A poco más de una semana de la próxima subida de tipos de la Reserva Federal, los traders de materias primas intentan decidir cómo protegerse ante el mayor acontecimiento de septiembre, una situación a la que no ayudan las medidas de confinamiento cada vez más agresivas de China a causa del coronavirus, que están lastrando cualquier recuperación del petróleo y de los metales básicos.
Este lunes, al iniciarse las operaciones de mediados de septiembre en Asia, los precios de las materias primas vuelven a estar en rojo, ya que el petróleo y el cobre han revertido parte del repunte que lograron a finales de la semana pasada, tras una de las peores ventas desde que la invasión rusa de Ucrania en marzo pusiera en jaque el suministro mundial de materias primas.
El crudo estadounidense de referencia del West Texas Intermediate baja 1,07 dólares, o un 1,2%, hasta 85,72 dólares por barril a las 08:22 horas (CET). El WTI registraba mínimos de siete meses de 81,20 dólares la semana pasada, antes de cerrar la semana al alza en 86,79 dólares. A pesar de ese repunte, sigue perdiendo casi 45 dólares, o un 35%, desde que registrara máximos el 7 de marzo en 130,50 dólares.
El Brent bajó 94 centavos, o un 1%, en su jornada anterior. La semana pasada registró mínimos de siete meses en 87,25 dólares, para después cerrar en 92,84 dólares por barril. A pesar del repunte, el Brent ha bajado casi 47 dólares, o un 34%, desde sus máximos de marzo.
El cobre entró y salió de territorio negativo, moviéndose entre máximos de 3,5565 dólares y mínimos de 3,5320 dólares por libra.
Las jornadas de negociación europea y estadounidense bien podrían cambiar el rumbo de estos mercados y devolverlos a territorio positivo al cierre del lunes o más allá.
Pero la volatilidad es un poderoso recordatorio de cómo el historial alcista a corto plazo de las materias primas ha sido neutralizado por una tormenta perfecta de factores que van desde la situación del COVID de China hasta la inflación desbocada que está forzando fuertes subidas de tipos tanto por parte de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo que podrían volver a golpear las economías de Estados Unidos y Europa.
Jun Rong Yeap, estratega de mercado de IG en Singapur, ha dicho durante unas declaraciones recogidas por Reuters que, en general, «los aspectos negativos parecen superar los positivos». Y añade:
«La persistente presencia de problemas debido a las nuevas restricciones por parte de China para combatir el Covid así como las nuevas reducciones de la actividad económica mundial podrían aún suscitar ciertas reservas en cuanto a una subida más sostenida».
Alrededor de 65 millones de personas en 33 ciudades de China se han visto afectadas por las medidas de confinamiento parciales o totales, ya que las autoridades redoblan sus esfuerzos para acabar con los brotes de coronavirus antes del 20º congreso del Partido Comunista Chino, que se celebra a mediados de octubre. Se espera que el dirigente del partido, Xi Jinping, se asegure un tercer mandato sin precedentes como líder de China.
Mientras que el dólar retrocedió la semana pasada desde los máximos de 20 años registrados durante un mes entero, el modo de lucha contra la inflación de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo (BCE) podría apuntalar el billete verde de nuevo la semana que viene, provocando nuevos obstáculos para las materias primas.
Las preocupaciones en torno a la demanda de materias primas se centran básicamente «en el impacto de la subida de los tipos de interés a la hora de combatir la inflación y la política de cero Covid de China», escribe el analista del Commonwealth Bank of Australia Vivek Dhar en una nota.
La decisión sobre los tipos de interés de la Fed no se materializará hasta el 21 de septiembre. Pero esta semana se publicarán varios informes sobre el índice de precios al consumo (IPC) de agosto. El lunes se publica el IPC de la India, el martes el de Alemania, España y Estados Unidos, el miércoles el de Reino Unido, el jueves el de Francia y el viernes el de Italia y la zona euro.
También se publicarán los informes del índice de precios al productor (IPP) de Japón y Suiza (martes), Reino Unido (miércoles) y Estados Unidos.
Todo apunta a que la inflación de Estados Unidos habrá descendido, con un IPC subyacente del 0,3%, igualando la cifra del mes pasado, lo que supondría las lecturas consecutivas más bajas desde el otoño pasado. Se espera que el IPC general se sitúe en el -0,1%, ya que la caída de los precios de la gasolina sigue restando presión a la inflación.
Las expectativas son muy diferentes en Europa; en Reino Unido se prevé un crecimiento del IPC subyacente del 0,8%, un repunte considerable, mientras que el IPC general probablemente aumentará otro 0,6%.
En la eurozona se prevé una subida del 0,5% del IPC básico, lo que supone un repunte con respecto a la cifra revisada del mes anterior del 0,1%. Lo mismo se espera del IPC general, ya que los precios de la energía siguen siendo importantes con el cambio de estación.
El BCE ya ha efectuado su último movimiento, subiendo los tipos de interés en 75 puntos básicos la semana pasada. Se espera que la Reserva Federal se decante por una subida de al menos 50 puntos básicos, si no de 75, y no es probable que los informes de inflación cambien eso, aunque sin duda el presidente Jerome Powell acogería con agrado las señales de que la inflación se está al menos moderando de forma significativa.
El Banco de Inglaterra, cuya reunión debía celebrarse esta semana pero se pospuso por la muerte de la reina Isabel II, se enfrenta a un entorno más fluctuante con la nueva primera ministra Liz Truss al frente y tras la presentación de su importante plan energético. Su efecto en el mercado está entre las cosas que el BoE tendrá que sopesar, también tendremos el informe de empleo como dato adicional que añadir a la mezcla.
La sorprendente reconquista por parte de Ucrania de la ciudad de Izium, en el noreste del país, ha llamado la atención de todo el mundo como un posible punto de inflexión en la guerra. Ucrania está atacando además posiciones rusas en el sur del país, cerca de Kherson, y en caso de que sean capaces de repeler un ataque en dos frentes y tomar y mantener el territorio, estaríamos ante un tono diferente.
Rusia ha seguido aumentando la presión económica sobre Europa con el cierre del gasoducto Nord Stream 1. Aunque el panorama militar es cambiante e incierto, no es difícil imaginar que los reveses rusos sólo podrían aumentar la voluntad de Rusia de utilizar su influencia económica con Ucrania y con los partidarios de Ucrania de formas predecibles e impredecibles, lo que podría ejercer más presión sobre los países europeos para resolver su situación energética antes del invierno, lo que hace que los informes de inflación mencionados al principio de este artículo sean aún más relevantes.
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan utiliza una serie de puntos de vista aparte del suyo para aportar diversidad a su análisis de cualquier mercado En pos de la neutralidad, presenta opiniones contrarias y variables de mercado. No tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.
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