Si tuviésemos que destacar un signo revelador en el actual ejercicio 2022 ese sería la fortaleza del dólar frente al resto de divisas, en especial frente al euro y al yen japonés (se deprecian a niveles de varias décadas) y también frente a la libra esterlina.
En efecto, el dólar sigue siendo una de las divisas más fuertes este año, mientras que el euro es una de las débiles.
Vamos a ver primero los motivos y causas, qué esperar de EUR/USD y a dónde podría caer.
Hay razones de peso para comprender el por qué de todo esto:
– La posibilidad de una recesión mundial impulsa la demanda de activos refugio y tradicionalmente el billete verde es uno de ellos.
Desde el punto de vista oficial, la economía norteamericana ya entró en recesión. Y es que una recesión es un decrecimiento de la actividad económica durante un periodo de tiempo. Se considera que existe recesión cuando la tasa de variación del PIB (producto interior bruto) es negativa durante dos trimestres consecutivos. Por tanto, recesión es cuando el PIB de un país cae durante dos trimestres consecutivos.
Pero en realidad el NBER (la Oficina Nacional de Investigación Económica, creada en 1920, una de las organizaciones privadas sin ánimo de lucro más importantes en investigación económica de Estados Unidos) es el órgano que dictamina sobre ello. Nunca ha estado a favor de esa definición por parecerle muy simplista y en su lugar analiza 6 ratios para determinar cómo le está yendo a la economía y si está en una recesión o no. Pues ojo, porque a día de hoy, 5 de los 6 ratios son positivos (la producción industrial y el empleo han aumentado recientemente, mientras que la fabricación es el único punto débil). Por tanto, para NBER no estamos en recesión todavía.
– Siguiendo con el tema de recesiones, la Unión Europea entrará en breve en recesión. La guerra de Rusia con Ucrania afecta más a la Zona Euro no sólo por su proximidad geográfica, sino por todo el tema del gas ruso y las exportaciones de materias primas a la región.
La actividad de la eurozona ha marcado mínimos de año y medio y las malas perspectivas económicas se incrementan.
– La divergencia entre la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. La Fed está subiendo los tipos de interés con mayor velocidad e intensidad que el BCE y ya sabemos que subidas de tipos de interés favorecen a la divisa del país en cuestión.
Es cierto que en la reunión de septiembre la Fed podría subir los tipos 50 y no 75 puntos si los datos de empleo e inflación que se conocerán antes salen favorables. Y también es cierto que el BCE podría subir el 8 de septiembre los tipos de interés 50 puntos básicos. Pero aunque esa divergencia entre ambos bancos centrales se esté reduciendo, no va a cambiar la tónica y la inercia. Incluso una fuerte subida de tipos no impulsaría el euro de forma significativa.
– Los hedge funds ya han aumentado sus posiciones de cortos (posiciones bajistas) sobre el euro hasta un máximo de tres semanas.
Así las cosas, el euro perdió la paridad frente al dólar y bajó a niveles no vistos desde el año 2002 (se deja ya un -12% frente al dólar en lo que llevamos de año). Y es que las ventajas de tener una divisa que se deprecia (como por ejemplo que las exportaciones sean más competitivas) se ven eclipsados por la crisis energética y la amenaza de recesión.
La última señal de debilidad bajista que se ha activado fue al perder el soporte que se formó en 2016. Primero llegó este mes de mayo y como buen soporte que era impidió más caídas y rebotó al alza, pero cuando volvió de nuevo en julio ya no pudo y lo perdió. Además lo hizo formando un pullback, hecho que es un buen filtro de seguridad para saber si la pérdida de un soporte va en serio o es un amago y finalmente rebota al alza.
Por tanto, al perder en julio ese soporte que era del año 2016 y hacerlo con pullback, fue una nueva señal de caídas.
¿Y hasta dónde podría seguir cayendo los próximos meses? Pues podría caer hasta 0,97 como primer objetivo, no será nada descabellado. Y el segundo objetivo estaría en 0,96.
Respecto a las compañías europeas, cabe destacar que las que forman parte del índice Stoxx 600 logran (de media) más del 50% de sus ingresos fuera de Europa, concretamente EE.UU. es uno de los principales mercados. De hecho, las compañías con mayor exposición en Estados Unidos están teniendo un mejor rendimiento este ejercicio.
Por ejemplo, Airbus vende aviones en dólares y contabiliza los ingresos en euros. Pues resulta que un movimiento de 1 céntimo en el tipo de cambio euro/dólar tuvo un impacto de 130 millones de euros en los beneficios anuales.
¿Cómo se puede aprovechar la fortaleza del dólar?
Respecto a compañías europeas, decir que las que forman parte del EuroStoxx600 tienen una importante exposición en Estados, no en vano casi un 23% de sus ventas vienen de allí.
Si juntamos las compañías europeas que tienen mayor exposición en Estados Unidos, con las compañías que generalmente han visto subir sus acciones cuando el dólar se fortalecía tendríamos las siguientes: Grifols, Galapagos, Sanofi, BP, Wolters Kluwer, National Grid, Qiagen, Merck, GSK, Shell, Ahold Delaize, Skanska, BAE y Roche.
Ismael De La Cruz/Investing.com
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