La relativa calma que mantendrán los mercados durante las sesiones del lunes y martes se verá sacudida por el comunicado de política monetaria de la Fed, que se conocerá el miércoles pasado el mediodía de Nueva York. El Banco Central ha advertido a través de numerosas presentaciones de su presidente, Jerome Powell, que habrá un fuerte aumento de la tasa de interés, actualmente en el 1.75%, que quedará probablemente en el 2.5%. Muchos analistas arriesgan que, por primera vez en más de 20 años, el aumento podría ser del 1%, lo cual dejaría a la tasa en el 2.75%.
La diferencia de criterio, típica de estas instancias, pasa por ver cual es la prioridad de la Fed de cara a los próximos meses. Es claro que con la inflación por encima del 9% interanual, el banco central debe actuar aceleradamente. Si el Comité de política monetaria evalúa que un incremento del 1% no es tan nocivo para la economía, actuará en esa dirección. Pero la contrapartida es el fantasma de la estanflación, que se acerca, y muchos consideran que un alza del 0.75% será suficiente.
Por otra parte, será clave el discurso posterior de Powell. Allí los mercados tratarán de dilucidar las próximas acciones de la Fed. Si el alza fuera del 1%, poco le quedará por hacer en septiembre, fecha de la reunión siguiente. La inflación es muy alta, pero el crecimiento es muy bajo, y puede ser negativo próximamente. De allí es que esta reunión requiere, tanto en las cifras como en el discurso posterior, un delicado equilibrio por parte de la Fed.
El dólar retrocedió en los últimos días, en parte por el impulso alcista del euro, que suele llevar consigo a la libra esterlina, al dólar australiano y al oro. El alza de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, superior al previsto (0.5 frente al 0.25% esperado) viene a poner algo de equilibrio, no solo entre el BCE y la Fed, sino para colocarle un límite al dólar, que desde fines de 2021 no deja de crecer.
Pero claro, esta recuperación del euro es por ahora una ligera corrección. Solo la superación de 1.0600 podría cambiar su actual sesgo bajista de mediano plazo, y la libra haría lo propio por encima de 1.2400. El yen también se aleja de sus mínimos de 26 años cercanos a 140.00, aunque también estará pendiente de los anuncios de la Fed.
La onza de oro, por su parte, vuelve de sus mínimos de 2 años que tocó la semana pasada en 1674.00 dólares. Su recuperación es un reflejo de lo que han hecho las monedas líderes en las últimas tres sesiones, y al metal le falta mucho para volver a posicionarse al alza de manera más segura. Al menos, debe quebrar los 1770 dólares.
La bolsa de Nueva York, por su parte, cerró una de sus mejores semanas del año. Los balances de las empresas fueron positivos en su mayoría, aunque la visión de cara al futuro deja muchas dudas. Se sabe que el alza de las acciones se lleva bastante mal con el alza de la tasa de interés.
Nuestra opinión es que al dólar todavía le queda un impulso alcista adicional antes de comenzar a ceder posiciones con cierto sustento. De allí la importancia del comunicado del próximo miércoles. La Fed deberá ser contundente para que el dólar siga un camino alcista por mucho tiempo más, y la circunstancia (se acerca la recesión) no lo amerita.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College