La actual caída del mercado ha sido especialmente difícil para los inversionistas de Tesla. Tras dispararse un 1,163% entre enero de 2020 y enero de 2022, el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo se ha desprendido de casi un tercio de su valor desde principios de año, un descalabro que ha borrado unos 350,000 millones de dólares de valoración de mercado.
A pesar de la venta en curso, los alcistas de Tesla siguen siendo optimistas de que las cosas empezarán a cambiar después de esta corrección masiva. Creen que las acciones de Tesla se recuperarán en los próximos 12 meses a medida que las interrupciones de la cadena de suministro se reduzcan y la empresa aumente la producción en sus distintas fábricas.
Deutsche Bank dijo en una nota esta semana que el fabricante de vehículos eléctricos con sede en Texas parece atractivo y debería ver una «fuerte recuperación» en la segunda mitad del año. El banco reiteró su calificación de compra sobre Tesla, manteniendo su precio objetivo sobre la acción en 1,125 dólares, que es alrededor de un 50% por encima de los precios actuales.
Menos entregas
Sin embargo, sigue siendo difícil decir que se ha tocado fondo, ya que el fabricante de vehículos eléctricos se enfrenta a múltiples retos en los próximos meses.
La última evidencia de que las cosas se están volviendo agrias para la compañía propiedad de Elon Musk surgió la semana pasada durante su último informe de entregas. Las cifras mostraron que Tesla entregó menos autos que el trimestre anterior, rompiendo una racha de dos años de ganancias intertrimestrales, ya que un cierre relacionado con el COVID en su fábrica de Shanghái pasó factura a la producción.
Para el tercer trimestre, la situación tampoco parece prometedora. Según un informe de Bloomberg del mes pasado, Tesla detendrá la mayor parte de la producción en su línea de ensamblaje del Model Y en Shanghái durante las dos primeras semanas de julio, y luego detendrá la línea del Model 3 durante 20 días a partir del 18 de julio.
Además, el lunes, TeslaMag dijo que la planta del fabricante de automóviles cerca de Berlín se tomaría un descanso de dos semanas a partir del 11 de julio.
Otro 48% de caída
Además de estos retos de producción a corto plazo, los crecientes vientos en contra macroeconómicos pueden seguir perjudicando a los valores de alto crecimiento durante más tiempo.
El mayor problema es la creciente inflación y la lucha de la Reserva Federal por contenerla. Si esta batalla empuja a la economía a una profunda recesión, la demanda de artículos duraderos y caros, incluidos los autos, probablemente se verá afectada.
Aunque Tesla está, sin duda, en mejor posición que la mayoría de sus competidores para superar esta recesión económica debido a su importante demanda acumulada, no es inmune a una desaceleración económica general.
JPMorgan reiteró la semana pasada a Tesla como «infraponderada» y recortó su precio objetivo a 385 dólares, lo que implica una caída del 48% respecto al precio actual.
El banco de inversión también bajó la estimación de los beneficios por acción de Tesla para el segundo trimestre a 1.70 dólares desde 2.26 dólares y la estimación para todo el año a 10.80 dólares desde 11.50 dólares, advirtiendo de la posibilidad de que la fuerte inflación de los metales de las baterías recorte los beneficios de Tesla.
La nota dice:
«Aunque Tesla no proporciona un puente de ganancias detallado similar al de la mayoría de los otros fabricantes de automóviles … y gran parte de la atención se centra hoy en el volumen, sospechamos que la interacción del precio y el costo puede importar más para las ganancias de Tesla este año.»
Adquisición de Twitter
Además de los problemas ya citados, algunos inversionistas siguen sin estar seguros de si es una buena idea comprar acciones de Tesla cuando el consejero delegado, Elon Musk, está dando largas a un acuerdo para comprar Twitter Inc.
Las acciones de Tesla se han desplomado un 42% desde el 4 de abril, cuando Musk informó por primera vez de que había tomado una participación del 9.2% en Twitter, convirtiéndose en el mayor accionista de la compañía. Posteriormente, acordó la compra de la empresa de medios sociales por 54.20 dólares por acción, lo que agravó la caída de las acciones.
Los accionistas de TSLA temen que el acuerdo se convierta en un tremendo lastre financiero para la empresa. Además, les preocupa que Musk esté demasiado disperso tratando de revisar Twitter mientras dirige Tesla y supervisa su Space Exploration Technologies Corp.
No obstante, la propuesta de Musk de adquirir Twitter podría venirse abajo por sus dudas de que la empresa esté informando con exactitud del número de bots de spam en el servicio, según el Washington Post.
Conclusión
No cabe duda de que las acciones de Tesla ofrecen un punto de entrada razonable a los inversionistas a largo plazo con estómago para afrontar los diversos riesgos de la economía mundial. Sin embargo, deben tener en cuenta que invertir en la empresa no es para todo el mundo, dada su alta volatilidad y el comportamiento imprevisible de su consejero delegado.
Declaración: El autor no posee acciones de Tesla.
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