Sin dudas, la noticia más relevante del martes fue la llegada del euro a la paridad ante el dólar, algo que se venía percibiendo desde varios días antes. Si bien el cruce EUR/USD se mantuvo varias horas en la zona de 1 a 1, lo cierto es que solo una vez tocó dicho nivel (incluso el mínimo fue 0.9999), para rebotar modestamente durante el día. Ya sobre el final de la sesión americana, la moneda única volvió a situarse apenas a 30 puntos por encima de la paridad mencionada.
El euro en mínimos de casi 20 años, la libra esterlina en mínimos de más de 2 (y obviando los mismos, y un sospechoso “flash crash” de octubre de 2016 serían de 35 años), y el yen, en mínimos de casi 26 años, lo único que hacen es poner de manifiesto que el dólar es el ganador de esta primera parte del año que acaba de terminar, sin atenuantes.
De modo que la caída del euro, más allá de lo simbólico de su precio de la víspera, es un hito más en medio de un año caracterizado por noticias extremas en los mercados. Las más importantes, al menos en términos financieros, son los datos de inflación conocidos al momento.
Y precisamente, entrando en la materia del día, las cifras de inflación de junio, que se conocerán este miércoles a las 8:30 del este, tendrán el protagonismo de aquí en adelante. Se espera que el costo de vida, medido en su índice general, y en términos interanuales, haya crecido al 8.8%, o sea por encima de la medición de mayo. La inflación subyacente, que surge de excluir a los alimentos y la energía, podría ceder del 6 al 5.8%, lo cual sería muy bien visto por los mercados bursátiles.
Los mercados descuentan un alza de tipos de interés de la Fed del 0.75% en julio, y está en discusión un alza similar para la reunión de septiembre, que es el verdadero desvelo de los operadores. Justamente, una inflación algo menor de lo esperado, o al menos similar a lo que se pronostica, sobre todo en la medición subyacente, despertaría la expectativa de un alza de tasa menor en septiembre, lo cual ayudaría decisivamente a las acciones, y le pondría un freno a la embestida actual del dólar. De allí la importancia de los anuncios de este miércoles.
Mientras tanto, las presunciones de que la economía entrará en recesión no se demoran. Las materias primas sufren una baja de proporciones, comenzando con el petróleo, que finalizó el martes en la zona de 93 dólares, más de 30 dólares debajo de sus máximos anuales. El oro sigue la línea de las monedas principales, y si bien no sufre un desplome del estilo del petróleo, se ve impedido de ganar terreno hasta que el dólar no ceda en su impulso alcista.
La excepción de la víspera fue el gas natural. La salida de servicio de una turbina en Rusia, que provee habitualmente a varios países europeos, preocupa al continente. Si bien, en un principio, se trata de un corte por mantenimiento, se sospecha que no volverá a abrirse en fecha, y que Europa deberá arreglarse de otra manera para obtener una materia prima vital para enfrentar el duro invierno. El gas se recuperó con fuerza el martes, para finalizar la sesión por encima de los 6.10 dólares, luego de estar cerca de los 5 dólares durante varios días.
La bolsa de Nueva York se hace eco de estos rumores de recesión, y las acciones principales volvieron a caer en la víspera. Sin embargo, una medición de inflación menor a la esperada, podría disipar el clima pesimista que impera en el mercado, y podría ser además el inicio de una recuperación sustentable de los papeles.
Además de los datos de inflación, el Banco de Canadá dará a conocer su decisión de política monetaria, con un potente aumento de tasa de interés del 0.75%, que dejaría a la misma en el 2.25% desde el 1.5% actual. Es decir, por encima de los guarismos de la Fed, aunque no sea por mucho tiempo. El dólar canadiense se encuentra a la defensiva ante la debilidad del petróleo, y no logra recuperarse de la zona de 1.3000 con claridad.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College