El dólar demolió a sus rivales el martes, en la reapertura de los mercados, con un alza histórica ante el euro, y máximos de más de dos años ante la libra esterlina. El oro, a su vez, llegó a nuevos mínimos anuales, a la par de la plata y el platino.
El rally de la moneda norteamericana se hizo nítido desde el inicio de la sesión europea. Si bien no le sobran buenas noticias a la Eurozona y menos aún a Reino Unido, la realidad es que no se conocieron informes tan graves que ameriten una situación de este tipo.
El euro quebró con facilidad sus soportes anteriores, en 1.0365 y 1.0348, para vencer 1.0340, el último bastión que le quedaba, llegando a mínimos de diciembre de 2002, fecha en la que por primera vez la moneda única superó la paridad ante el dólar. Paradójicamente, ahora está a punto de alcanzarla pero en su caída sin atenuantes. El euro, que había iniciado su cotización oficial como moneda de la Eurozona en enero de 2002, se mantuvo entre 0.8700 y 1.0000 durante todo ese año, y al cabo de una larga vela de mas de 700 puntos (algo habitual en esos tiempos) llegó a 1.0570.
Los tiempos han cambiado. El euro supo llegar a 1.6038 en su mejor precio histórico en julio de 2008, cuando los nubarrones de la peor crisis financiera de la historia moderna ya se veían en el horizonte. La fiesta de la liquidez llegaba a su fin poco después, en septiembre de ese año, y a partir de allí el euro logró situarse una vez más por encima de 1.5000, 1.4000 y 1.3000, para alcanzar 1.2550 en su mejor precio de 2018, cuando a inicio de febrero de ese año se desató una crisis financiera de escaso tenor.
La baja actual del euro tiene por igual culpas propias como méritos del dólar. Para muestra, solo hay que ver el comportamiento de la libra, en mínimos de marzo de 2020, cuando la pandemia arrasó con todo lo que pudo y llegó a 1.1410, o del yen, que pocos días atrás llegó a 137.00, un nivel desconocido desde mediados de 1998.
La proximidad de una recesión en Estados Unidos, con las medidas de política monetaria de la Fed, a nuestro entender absolutamente fuera de tiempo, están llevando al dólar a obtener las ganancias actuales. La bolsa de Nueva York se desploma con firmeza, con algunos días como excepción.
Claro que si con la pandemia haciendo estragos (allí sí hubo recesión sin remedio) las acciones llegaron a máximos históricos en noviembre de 2020, el motivo no es la preocupación por una recesión provocada en cualquier caso por aumentos de tasa de interés, o caída en las ventas minoristas, o aumentos del costo de energía. El real motivo es que la Fed está comenzando a quitarle liquidez al circuito. El dólar no hizo más que seguir el camino alcista que determinó la caída de la bolsa, que a pesar de todo recortó buena parte de sus pérdidas sobre el cierre de la sesión del martes.
Lo que viene no parece traer un cambio radical, ni mucho menos. Que el euro está sobrevendido es claro; también lo están la libra esterlina, y ni que decir el yen, en cualquier temporalidad que se los analice. Sin embargo, lo que llevó a los mercados a esta situación no ha cambiado, y cada día se pone más difícil. La guerra en Ucrania, un ejemplo; la inflación, otro ejemplo.
Las Minutas de la reunión de la Fed de tres semanas atrás reflejarán un rápido cambio de óptica del organismo en dicha oportunidad. Recordará el amigo lector que hasta el lunes previo a la reunión el alza de tipos sería del 0.5%, y tan solo 48 horas antes del anuncio se filtró en The Wall Street Journal que sería del 0.75%. Es incuestionable la decisión con una inflación por encima del 8%, aunque claramente está tomada fuera de tiempo. De todas formas, el costo de energía va cayendo (el desplome del petróleo del martes resultó memorable), y el gas se ve lejos de sus mejores horas) por lo que los datos de junio podrían apagar este repentino ímpetu de la Fed de luchar contra el costo de vida, el mismo que no tuvo hasta noviembre pasado. Si finalmente el PBI del segundo trimestre es negativo, y los datos de empleo comienzan a flaquear, la Fed pensará muy bien si en septiembre le conviene seguir en el camino actual. Falta mucho aún.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College