Las acciones se han visto lastradas por una combinación de factores, como las poco alentadoras perspectivas macroeconómicas, el aumento de los casos de COVID en China y la promesa de Elon Musk de comprar Twitter en una operación de 44.000 millones de dólares.
A diferencia de las correcciones del año pasado, cuando Tesla consiguió repuntar rápidamente, esta vez parece diferente. En plena venta generalizada de empresas de alto crecimiento, las pérdidas de las acciones de Tesla —han bajado más de un 47% en lo que va de año— son mucho más pronunciadas que las de otros pesos pesados del mercado, como Apple, que ha bajado más de un 20% este año.
Hasta ahora, Tesla ha sorteado con éxito los actuales problemas de suministro mundial y el aumento de los costes de las materias primas con más eficacia que la competencia. Ha obtenido 11 trimestres consecutivos de beneficios y ha superado sistemáticamente las estimaciones de producción de los analistas.
Sin embargo, hay indicios de que el último brote de coronavirus en China, que amplió las restricciones ya en vigor que provocaron múltiples interrupciones de la producción en su fábrica de Shanghái, lastrará la producción en el segundo trimestre.
En una nota reciente, el analista de Morgan Stanley Adam Jonas advertía de que las restricciones de suministro en China podrían provocar un incumplimiento «considerable» de las entregas en el segundo trimestre. Según datos de Bloomberg, la estimación media de los analistas en cuanto a las entregas de Tesla en el segundo trimestre se sitúa en torno a las 303.000 unidades, un 12% menos que a finales de marzo.
Incertidumbre en torno al acuerdo con Twitter
Además de las medidas de confinamiento de China y el empeoramiento del entorno macroeconómico, la implicación de Elon Musk para conseguir condiciones favorables en Twitter tampoco está ayudando. El multimillonario director ejecutivo de Tesla ha tuiteado recientemente que el acuerdo está «en espera» hasta que obtenga más información sobre el tema de cuántos usuarios de la red social son en realidad cuentas de spam.
Esto ocurrió cuando tanto Tesla, en la que Musk confía para financiar el acuerdo, como las acciones de Twitter se desplomaron. El consejo de administración de Twitter, por su parte, dice que tiene la intención de hacer cumplir el acuerdo, que le obliga a pagar 54,20 dólares por acción. Esta incertidumbre preocupa a los inversores de Tesla, que temen que Musk tenga que vender más de sus participaciones en la empresa de vehículos eléctricos para financiar el acuerdo. Además, el acuerdo incluye una «comisión de rescisión inversa» de 1.000 millones de dólares que se activaría si Musk se retira del acuerdo.
Dada la multitud de obstáculos, los últimos problemas de Tesla han creado una fuerte división entre la comunidad de analistas respecto a las acciones de la empresa.
Entre los 42 analistas encuestados por Investing.com, aunque 22 han asignado a las acciones de Tesla una calificación de compra, un número casi igual les ha asignado una calificación de venta o neutral.
Fuente: Investing.com
Su precio objetivo a 12 meses, de 973,84 dólares, indica una subida del 55,03%, pero el rango de precios es amplio: desde mínimos de 250 dólares hasta máximos de 1.620 dólares, una señal de la incertidumbre de los analistas sobre el rumbo futuro de las acciones.
Bernstein dijo en una nota el martes que le preocupa que la compra de Twitter por parte de Elon Musk pueda hacer que las acciones de Tesla bajen aún más. La nota decía:
«Tal vez el mayor —aunque menos probable— riesgo financiero es que Musk complete el acuerdo, y el precio de las acciones de Tesla descienda considerablemente, desencadenando un ajuste de margen».
Sin embargo, los alcistas de Tesla tienen una buena razón para mantenerse fieles. Las acciones de Tesla han subido más de un 22.000% desde que saliera a bolsa en 2010, proporcionando a los inversores una rentabilidad anual del 58%. El S&P 500, por su parte, ha reportado un beneficio del 373%, incluidos los dividendos durante el mismo periodo, con una media del 15% anual.
Aunque reitera el precio de Tesla como sobreponderado, Piper Sandler dijo en una nota que las acciones siguen siendo una «piedra angular» para cualquier cartera.
«Hemos rebajado nuestras estimaciones y el precio objetivo para reflejar la debilidad relacionada con el COVID en China, así como una mayor hipótesis de CMPC (coste medio ponderado del capital) en nuestro modelo FFD. Sin embargo, seguimos considerando a Tesla una participación fundamental en cualquier cartera de «movilidad avanzada».
Conclusión
Cualquier retroceso de las acciones de Tesla ha demostrado ofrecer una operación lucrativa para los compradores en las caídas. Pero esta vez parece diferente, dada la multitud de retos a los que se enfrenta la empresa, como las interrupciones de la producción en China, el empeoramiento del entorno macroeconómico y la incertidumbre en torno al acuerdo de Musk con Twitter.
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