Cuando la economía muestra desempeños positivos, la mayor parte de la población mantiene un control adecuado sobre las finanzas que les permite equilibrar los gastos periódicos, los gastos por placer y el ahorro. Cuando la situación se vuelve compleja, la importancia que le damos a cada uno de estos gastos cambia.
Sin embargo, para las personas mayores, la situación es muy distinta ya que, en su mayoría, sobreviven únicamente de pensiones y dinero enviado por sus familiares cercanos. Ante las complejidades del contexto actual, esta falta de ingresos estaría tentando a cada vez más ancianos a optar por préstamos bancarios.
Pero, ¿es seguro pedir financiamiento externo si somos personas mayores? La respuesta es compleja, por lo que te brindamos algunos aspectos que debes tomar en cuenta antes de determinar si esta es la opción que mejor se adapta a tus necesidades:
- No más del 20% de tus ingresos
Para el Banco de España (BdE), todas las personas mayores a los 55 años deben ser sumamente precavidas al solicitar financiamiento, teniendo siempre en cuenta sus ingresos mensuales. Esto no solo aplica a la solicitud de préstamos o líneas de crédito, sino también para financiamiento “mayor” como pueden serlo las hipotecas.
Según los cálculos del BdE, la deuda en la que vamos a incurrir no debe superar el 15-20% de nuestros ingresos mensuales. Mientras que los préstamos que representen hasta un 15% de nuestros ingresos no suelen representar una amenaza, los que van desde el 15% hasta el 20% deben ser estudiados con cautela, y los que superen el 20% es mejor rechazarlos.
- Algunos préstamos tienen límite de edad
Aunque puedas pensar que los préstamos bancarios aplican de la misma manera para cualquier persona que supere la mayoría de edad, lo cierto es que algunas entidades no brindan financiamiento a personas de la tercera edad. Esto se debe a que son consideradas como un riesgo mayor en cuanto a impago se refiere.
Por esto, antes de decidirte entre un préstamo u otro, asegúrate de que la entidad efectivamente brinda financiamiento a personas de tu edad. De no hacerlo, podrías estar planificando tu futuro basándote en una fuente de financiamiento externo que podría no llegar.
- Los bancos se sienten indiferentes hacia tus necesidades
Es difícil afrontarlo, pero las entidades prestamistas se sienten indiferentes hacia nuestras necesidades financieras, por lo que si formas parte de algún listado de morosidad por falta de dinero para pagar tus deudas recurrentes (como servicios, por ejemplo), es mucho más probable que ignoren tu solicitud.
Si este es tu caso, recuerda que puedes acceder a financiamiento aún si te encuentras en una lista de morosos, aunque este puede ser más riesgoso. Un ejemplo de esto son los minicréditos con ASNEF, que pueden ir desde los 500 euros hasta los 1.500, pero que pueden tener una tasa anual equivalente (TAE) de más del 3%.
- Ten en cuenta los imprevistos de salud
Si bien al momento de solicitar un préstamo puede que tu salud se encuentre en un estado óptimo que te permita trabajar y realizar tus actividades diarias, lo cierto es que a partir de cierta edad tenemos un riesgo mayor de sufrir lesiones o síntomas graves incluso en el caso de las enfermedades más inofensivas.
Esto no solo puede impedirte seguir generando ingresos de forma estable, sino que además puede representar un gasto importante en caso de tener que solicitar atención médica urgente o de forma sostenida. Por este motivo, antes de incurrir en deuda, es importante que tomes en cuenta cualquier imprevisto de salud que pueda surgir.