1) Introducción
Los tipos de interés se pueden definir como el precio del dinero. Es decir, es la retribución que se satisface a los activos líquidos. De cara a analizar qué tipos de interés son los que influyen en mayor medida en los mercados, sabemos que no es sencillo debido a que hay muchas referencias de tipos de interés y no es lo mismo la influencia de unos que de otros.
El primer tipo de interés que hay que tener en cuenta en nuestro análisis es el tipo de intervención, que hasta el año 1998 lo regulaba el Banco de España pero que en este momento ya ha pasado a ser competencia del Banco Central Europeo (BCE). Este tipo de interés de referencia es muy importante en el sentido de que marca la pauta de la política monetaria y da una idea al mercado de la orientación o del sesgo de la política monetaria.
En muchos casos el mercado secundario ya está reflejando cuál va a ser el próximo movimiento de la autoridad monetaria y, salvo sorpresa en la política monetaria de esta institución, los movimientos son relativamente esperados.
Por lo tanto, el tipo de intervención es una gran guía para ver por dónde puede evolucionar la curva de tipos, pero no es especialmente relevante en términos de mercado, debido a que el mercado secundario ya está reflejando dónde cree que deberían estar los tipos.
2) Los tipos a un año
Los tipos a un año (normalmente representados por las Letras del Tesoro o el mercado interbancario) son bastante significativos de cara a las valoraciones de las acciones debido a que se comparan con la rentabilidad anual proporcionada por una acción, especialmente con los dividendos.
Si los tipos a un año están a un nivel semejante a la rentabilidad por dividendo media de la Bolsa, nos va a dar un primer dato sobre si el mercado está barato o no.
Sin embargo, y teniendo en cuenta que una acción es el valor presente de los flujos futuros de una empresa y considerando que por naturaleza una empresa tiene vocación de permanencia, es claro que las referencias de tipos de interés a largo plazo son las más significativas de cara a la valoración de las acciones.
Por lo tanto, normalmente son las referencias a largo plazo (en el caso europeo la más utilizada es la del Bono a 10 años) las que más significación tienen de cara a una valoración de la renta variable.