En medio del drama de la guerra que tiene lugar en Ucrania por la invasión de Rusia a ese país, los mercados se tomaron un respiro el miércoles. Durante la mañana de Nueva York, trascendió a través de Bloomberg que el gobierno de Ucrania está listo para una salida diplomática de la crisis con Rusia, siempre que el gobierno de Moscú presente la misma voluntad, algo que, por lo visto, no está ocurriendo. La reunión que sostendrán los ministros de relaciones exteriores de ambos países este jueves será definitoria.
La euforia de los mercados se fue apagando con el paso de las horas, y la sesión asiática de este jueves volvió a mostrar una cara conocida en el mercado de divisas, con el dólar nuevamente al ataque en varios frentes, con especial acento en su cruce con el yen, que vuelve a superar 116.00.
El alivio mayor vino del lado de las materias primas, con una fuerte corrección bajista del oro y del petróleo, en momentos en que ambos activos ocupan los titules financieros y no financieros en todo el mundo. Nada de lo que sucedió el miércoles parece definitivo, ni mucho menos, peor muestra claramente que el petróleo está inflado en su precio, y que una vez que la guerra baje su intensidad, el precio del crudo volverá debajo de los 100 dólares. El oro, en cambio, parece tener un camino alcista algo más firme en los próximos tiempos.
El euro se recuperó en buena forma el miércoles, y tiene este jueves una dura prueba: a las 7:45 del este, el Banco Central Europeo dará a conocer su decisión de política monetaria, tras lo cual la titular de la institución, Christine Lagarde, brindará su habitual conferencia de prensa. Se espera que Lagarde mantenga sus dichos de la reunión anterior, prometiendo mayor acción por parte del banco central si la inflación se mantiene muy alta, algo que es claro va a suceder, habida cuenta de los actuales precios de la energía, la cual, paradójicamente, Europa importa en su mayor parte de Rusia. Esto fue lo que impidió, por ejemplo, que la UE adhiriera a las medidas de prohibición de compra de petróleo ruso por parte del gobierno de Estados Unidos.
En simultáneo con la conferencia de Lagarde, Estados Unidos publicará su índice de inflación minorista de febrero. Las cifras son de temer. Se espera que en términos interanuales, el costo de vida se haya incrementado entre el 7.8 y 7.9%, una cifra desconocida en más de 40 años, y que obligará a la Reserva Federal a subir la tasa de interés la semana próxima.
Claro está, una inflación por encima de estos guarismos no hará más que reforzar la chance de que el aumento de tipos sea del 0.5%, frente al 0.25% esperado hasta hace dos semanas, cuando se inició la invasión rusa, poniendo en duda los planes agresivos de la Fed.
El euro tiene un buen terreno por ganar. Si el BCE promete un aumento de tipos en 2022, algo que no sería descabellado, y elimina alguno de los planes de estímulo vigentes (este mes termina uno), la divisa única podría apuntar a 1.1270, donde cubrirá un gap que dejó a fines de febrero.
Pero (siempre hay un pero) la inflación de Estados Unidos pesará fuerte en el ánimo de los operadores, que pueden premiar al dólar nuevamente si perciben que la Fed elevará la tasa en medio punto. A estos datos se suma, como cada jueves, la cifra de peticiones semanales de subsidio por desempleo.
La apertura de Wall Street, a las 9:30, mostrará hasta donde el mercado está dispuesto a ayudar nuevamente al dólar. Si la guerra recrudece ( hay indicios de que Rusia está utilizando armas químicas, y la terrible confirmación de un ataque contra un hospital infantil), el ánimo volverá a caer.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College