1) Componentes de Rentabilidad
En el caso de la Renta Fija, existen dos componentes de retribución:
1.- El cupón (excluimos los bonos cupón-cero)
2.- El precio de venta del bono que me va a determinar la posible plusvalía o minusvalía generada como consecuencia de la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta del título.
Si un bono se mantiene a vencimiento, la plusvalía de la inversión no existiría ya que el inversor recibiría a vencimiento la misma cantidad que invirtió, por lo que la rentabilidad de su inversión en cada uno de los años ha venido dada por la retribución vía cupones.
2) Solvencia del Emisor
Existe un supuesto en el que el mantener la inversión a vencimiento no garantiza la devolución del capital inicial invertido, que no es otro que el riesgo de quiebra del emisor (lo que en terminología anglosajona se denomina «default-risk»); en ese caso, el emisor no puede hacer frente al pago del título de deuda emitido (sea bono, obligación o sucedáneo) y el inversor no podrá recuperar su inversión inicial.
La pérdida puede ser total (el emisor no paga nada de lo invertido) o tan solo parcial en el caso de que se pacte la devolución de parte del capital inicial. Este caso es relativamente frecuente en empresas de nueva creación («starts-up») o con un elevado riesgo financiero u operativo (los llamados «high yield bunds» o el caso más extremo de los «junk bonds», que son bonos de alto rendimiento o bonos basura, calificación recibida por las escasas garantías de solvencia financiera proporcionadas por el emisor.
3) Evolución de la Moneda denominada
Otra circunstancia que puede hacer que el inversor no reciba el mismo importe correspondiente a su inversión a vencimiento es una variación en la divisa en la que está denominada el bono desfavorable para los intereses del inversor.
En ese caso, el importe del reembolso a vencimiento sea el mismo, convertido a moneda local y como consecuencia de una depreciación de esa divisa, el inversor se puede encontrar que el valor real de su capital inicial invertido es mucho menor que con el que empezó.
Esta circunstancia ha sido relativamente frecuente en los últimos años en países emergentes, especialmente en emisiones a largo plazo, ya que algunas de sus divisas han sufrido serias depreciaciones frente a las principales divisas mundiales y las pérdidas en el conjunto de los años han sido muy significativas (los casos de Méjico y Brasil pueden ser ilustrativos a este respecto).
4) Venta antes del vencimiento
Cuestión distinta con vistas a analizar la rentabilidad de la inversión en renta fija es que el inversor no mantenga el bono hasta vencimiento y lo venda antes del mismo, circunstancia bastante frecuente en bonos con duraciones largas.
Piénsese por ejemplo en un bono a 30 años americano (el título de renta fija más negociado del mundo con casi toda probabilidad) que el inversor hubiera de mantenerlo hasta vencimiento.
Si un bono no se mantiene hasta vencimiento y se decide venderlo antes, insistimos que circunstancia especialmente frecuente en las emisiones a largo plazo, una parte importante de la rentabilidad de la inversión, que será la determinada por la posible plusvalía generada en la operación, va a venir dada por el precio de venta del bono que va a depender exclusivamente de la evolución de los tipos de interés.
5) Precio del bono y tipo de interés
Por lo que respecta a la evolución de los tipos de interés en cuanto a la determinación del precio de un bono hemos de hacer las siguientes salvedades:
– Estamos excluyendo el efecto de la divisa, variable que como ya hemos comentado va a tener una relevancia muy significativa en la rentabilidad de las operaciones, sobre todo en países emergentes.
– Los tipos de interés pueden verse alterados en mayor medida de lo que lo deberían hacer por la evolución del mercado en general, debido a que el riesgo de un bono en concreto (sea de un Gobierno o de una empresa, que suele ser más frecuente) puede aumentar y el mercado lo penalizaría con la exigencia de mayores diferenciales. Es decir, que el precio del bono vendrá determinado por la evolución de los tipos de interés en el futuro, aunque estos tipos en nuestra inversión en concreto podrían verse alterados por los factores anteriormente mencionados.
Por lo tanto, si la evolución de los tipos es contraria a la evolución de los precios de los bonos (es decir, si los tipos suben) el inversor realizará una minusvalía en la venta del bono, por lo que podría perder dinero en el conjunto de su inversión, circunstancia no especialmente bien vista por un inversor que entra en renta fija con la idea de que nunca va a perder dinero en estas inversiones debido a que por eso se llaman de «renta fija».
Es claro en el sentido opuesto que si la evolución de los tipos de interés es favorable a los precios de los bonos, la rentabilidad del inversor será superior a la proporcionada exclusivamente por los cupones y en cualquier caso se situará por encima de sus estimaciones iniciales en el momento de la inversión