Las reuniones de política monetaria del Banco de Inglaterra y del Banco Central Europeo dejaron bastante para el análisis. El euro se escapó de sus mínimos de casi dos años que tocó pocos días atrás, para estacionar recién en la zona de 1.1450, en tanto la libra solo observó ganancias modestas, que no son garantía de mucho más.
El par EUR/GBP, que refleja el comportamiento conjunto de ambas monedas ante el dólar, llegó a mínimos de varios años ante la presentación del BoE, para cambiar rápidamente de rumbo y quebrar su dinámica bajista anterior apenas conocido el comunicado del BCE, unos minutos después del primero.
¿Se justifica semejante alza del euro (casi 200 puntos desde su mínimo y 330 desde el mínimo de enero), ante una presentación como la de Christine Lagarde, líder del BCE? Pareciera que no. La funcionaria reafirmó que en marzo finaliza el programa de emergencia establecido por la pandemia, pero que los vencimientos de bonos se reinvertirán hasta fines de 2024, al tiempo que anunció un recorte progresivo del plan de compra de activos, de los actuales 40.000 mil millones de euros mensuales a 20.000 millones de euros mensuales a partir del último trimestre.
Los pronósticos apuntan ahora a un alza de tipos de interés durante 2022, algo a lo cual el BCE se ha negado a acceder nada menos que desde julio de 2011, cuando inexplicablemente el titular de entonces, Jean Claude Trichet, en medio de una enorme crisis financiera, decidió tal medida, supuestamente para combatir la inflación de ese tiempo. Sería bueno conocer la opinión del Comité de entonces con una inflación que supera largamente el 5% anual en estos momentos.
El alza del euro fue inmediata, y se aceleró con las palabras de Lagarde, algo que sonaba previsible desde varios días atrás, pese a las dudas que había dejado la moneda única a inicio de semana.
Respecto a la libra esterlina, la ajustada votación que decidió el aumento de tipos de interés solo al 0.5% (fue 5 a 4, por lo que podríamos haber visto a la libra volando casi a 1.3900 si un solo voto cambiaba de bando) limitó las ganancias de la divisa británica. La libra se había visto beneficiada desde diciembre cuando el BoE aumentó la tasa de interés, pero el aumento de este jueves ya había sido descontado por los mercados. La votación muy estrecha, y la falta de contundencia en el discurso posterior del gobernador Bailey (no dejó en claro si habrá varios aumentos de tasa adicionales en 2022, ni cuales son los pasos a seguir), dejaron a la libra sin muchas chances de avanzar.
Con todo, y con ambas monedas al alza, la libra parece tener mejores posibilidades de cara a los próximos días. Su atraso respecto al euro es evidente, y queda entonces por ver si la moneda única retrocede, o la libra avanza. Creemos más en esta segunda posibilidad.
Lo que viene es el dato de empleos de Estados Unidos de enero, a las 8:30 del este. Se espera una creación de 145 mil puestos de trabajo en enero, una cifra por debajo de la de diciembre, pero no tan lejos de los 200 mil que necesita la economía para cubrir sus necesidades. Cabe acotar que las nóminas privadas sufrieron una dura caída de más de 300 mil, frente a las más de 800 mil creadas en diciembre.
En la bolsa de Nueva York, el desplome de Facebook en el inicio de la sesión, algo esperado por las ganancias modestas que ofreció la compañía en el último balance, fue protagonista del día. Su caída arrastró a otras acciones de tecnología, y sobre todo al Nasdaq 100, índice que agrupa a estos papeles, con una pérdida significativa. La caída de Facebook está entre las peores de la historia en un inicio de sesión, acompañada de cerca por lo sucedido con Netflix pocos días atrás.
Estamos entonces ante un día importante, con los datos de empleo mencionados, y con la posibilidad de que el dólar vuelva a hacer pie, aunque más no sea momentáneamente, antes de continuar su renovado camino bajista.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College