Llegó el día esperado para el Banco de Inglaterra en primer término, y dos horas más tarde, para el Banco Central Europeo. Ambas entidades celebran este jueves su primera reunión de política monetaria de 2022, con el eje puesto en un mal de este tiempo: la inflación.
El Banco de Inglaterra tomó la iniciativa, y se adelantó en diciembre aumentando la tasa de interés del 0.1 al 0.25%, un incremento modesto, pero simbólico. De esta forma, el BoE intentó mostrar que inicia su lucha contra una inflación persistente, y que en diciembre se situó en el 5.4%, cuando el objetivo, planteado hasta en la página de inicio de la web de la entidad, es del 2%.
Se espera que al finalizar la reunión, la tasa quede en el 0.5%, lo cual le daría un buen impulso a la libra esterlina en todos los frentes. La divisa británica se ha movido al alza en los últimos días, luego de una fuerte baja que sufrió la semana pasada en ocasión de los anuncios de la Fed. El efecto de los mismos se fue diluyendo con el paso de las horas, y la libra tiene una buena oportunidad de acercarse a 1.3700.
En parte, ello dependerá del nivel de unanimidad que la medida tenga en el Comité de Política Monetaria. Se espera que de los 9 miembros del mismo, 7 voten por aumentar la tasa, y dos por dejarla sin cambios. No será fiesta completa en ese caso, pero el resultado es el mismo. Habrá que ver la reacción de los mercados.
Respecto al Banco Central Europeo, asistiremos a una de las anodinas conferencias de prensa de la titular de la entidad, Christine Lagarde. Si lo que se propone es dormir a los mercados con sus dichos, lo ha conseguido con creces, aunque esta vez deberá ser un poco más enfática, si lo que busca es darle confianza a los operadores. La tasa de referencia quedará en el 0%, tal como sucede desde 2016, sin contar con que desde mediados de septiembre de 2015 nunca estuvo por encima del 0.05%. Es decir, más de 7 años con tasas nulas, y con diversos ciclos económicos en el medio.
El expresidente Draghi había programado elevar la tasa de interés en septiembre de 2019, pero la guerra comercial de entonces, que llevaban adelante Estados Unidos y China, con Europa como invitada especial, aguó los planes. Después vino la pandemia, y la idea quedó archivada.
Lo que es cierto es que la inflación de la Eurozona quedó en el 5.1% anual. Si para la señora Lagarde esto no es motivo de preocupación, y sigue “pensando en cuando pensar en elevar la tasa de interés” (un eufemismo que intenta ocultar la intención de seguir en la cómoda postura de imprimir dinero sin respaldo por tiempo indeterminado), al euro no le irá bien.
Es de esperar que el Comité del BCE tome cartas en el asunto, finalizando algunos de los planes de estímulo (algo que ya fue anunciado para marzo próximo), pero también hablando en serio de tipos de interés. Para no caer con tanta dureza sobre la señora Lagarde y su comité, hay que considerar que la emisión de euros ni siquiera se pareció a la de los dólares de la Fed, además de tener que atender intereses de países con distintas culturas y situación económica.
El resto del mercado no tiene mayores novedades, y el dólar se mantiene algo débil en estas horas. Ello, sin considerar que la bolsa de Nueva York no tuvo su mejor día el miércoles, y que por ahora no parece tener una reacción importante. De hecho, los futuros de los índices principales se mueven en valores similares a los de la víspera.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College