La coyuntura financiera ha cambiado en las últimas semanas, se ha producido la primera corrección en las bolsas desde hace meses (se entiende por corrección una caída del 10% o superior y el tecnológico Nasdaq lo ha conseguido tal como refleja el gráfico siguiente) han subido notablemente los tipos de interés del mercado secundario USA, en anticipación al endurecimiento monetario de la Reserva Federal y además, los mercados se han visto salpicados por la gran incertidumbre derivada de asuntos geopolíticos, Rusia, siempre difíciles de manejar.
El Nasdaq ha experimentado la corrección más intensa desde agosto de 2020, en marzo de 2021 también corrigió aunque fue ligeramente inferior a la actual, desde que comenzó al año se ha dejado un 12% arrastrando consigo al conjunto del mercado.
La semana que hoy comienza se presenta realmente activa, estará marcada por la evolución de los acontecimientos en el conflicto con Rusia, en el terreno monetario y de mercados por la reunión del FOMC y las palabras que sus señorías tengan a bien trasladar a los mercados.
En lo referido a macroeconomía, habrá presentación de importantes datos como la marcha de la actividad económica (índices PMI en USA, en Japón y en Europa), el dato de PIB americano y el testigo de inflación preferido de la FED o Personal Consumption Expenditures -PCE-.
En el terreno microeconómico multitud de compañías publicarán resultados, los inversores estarán muy pendientes especialmente a las previsiones (forward guidance) ya que las compañías que ya han presentado sus resultados del Q4 han revelado dificultades en la gestión por las alzas salariales, por la falta de suministros y escasez de microchips o por la incidencia de la pandemia.
Con un telón de fondo complicado, las tensiones geopolíticas y los mercados en modo Risk-Off, la FED podría moderar su narrativa o al menos lanzar al mercado guiños más positivos de lo esperado, tratando de evitar que la corrección actual se profundice y salga de control.
No en vano, el momentum de la economía se está enfriando, los contagios de Ómicron siguen creciendo a toda marcha y los cuellos de botella en el mercado internacional de suministros no cesan.
A pesar de lo cual no es previsible que la FED cambie los planes anunciados para finalizar el QE definitivamente en marzo, restan menos de 10 semanas. Eliminar los programas de creación de dinero fake, más aún reducir el balance, es una necesidad de gran importancia para las autoridades, por una parte para acabar con las enormes distorsiones y excesos creados en los mercados, impedir la proliferación de zombis, pero también para demostrar capacidad para recobrar su imagen de independencia.
Monetizar deuda, permitir al gobierno incurrir en déficit constantes y financiar el grueso de esos diferenciales negativos, o comprar deuda corporativa para sostener los mercados son medidas heterodoxas, aunque aplicadas más que puntualmente pervirtiendo el sistema.
Terminar por fin con ese régimen sería el necesario comienzo del regreso a la normalidad, a la independencia que se presupone a las autoridades monetarias.
Retirar los estímulos no es de agrado para los inversores y la inquietud se viene manifestando con claridad desde que la FED comenzase a endurecer su relato hace un par de meses.
El Nasdaq registró su último máximo a finales de noviembre, la reunión del FOMC de diciembre supuso un importante punto de inflexión en la narrativa de las autoridades (reconocimiento de no transitoriedad de la inflación) y se concretaron detalles para el principio del fin del QE.
NASDAQ-100, diario.
La inyecciones de liquidez además de sostener el rally han anestesiado a los inversores, y permitido un estado complaciente que después de meses ha comenzado a desaparecer. El dinero ha empezado a huir del mercado, el sentimiento ha dejado de ser optimista y las correcciones se suceden, con particular virulencia entre los activos y sectores más sensibles al endurecimiento monetario y a los que, siendo un verdadero peligro por fundamentales, habían disfrutado de subidas más fuertes.
Los «insiders» comenzaron a salir del mercado sigilosamente hace meses, los gestores a desconfiar y muchos a cubrir sus posiciones en las últimas semanas/meses y los últimos, como es habitual los pequeños inversores, están saliendo ahora de la fiesta generalmente con cierto deterioro en sus saldos de inversión. Los pequeños inversores son siempre vulnerables a participar de las fiestas de las promesas rotas.
Según datos de sentimiento de la AAII, el diferencial entre alcistas y bajistas ha alcanzado el nivel de mayor pesimismo desde julio de 2020. Se ha instalado el pesimismo en el mercado de manera rotunda.
Los pequeños inversores mostraron la semana pasada un patrón de comportamiento vendedor neto reseñable y por importantes volúmenes en sucesivas jornadas, algo desconocido desde hacía largo tiempo.
Además, el volumen de negociación de Opciones PUT, apuestas por caídas de las cotizaciones, se disparó la semana pasada hasta niveles máximos:
El tecnológico Nasdaq comenzó a mostrar deterioro de su datos internos en otoño, evolución seguida y analizada frecuentemente en estas líneas, pero estuvo sostenido y registrando máximos gracias a la gran fortaleza de los grandes valores del mercado, los afamados FANGMAN.
En las últimas jornadas también los grandes han sucumbido a las presiones vendedoras, por ejemplo el viernes Netflix perdió cerca del 21% de una tacada, y el conjunto del índice no pudo soportar las presiones. El Nasdaq cerró abajo un abultado -2.7%, el SP500 un -1.9% y el Dow Jones un -1.3%.
S&P500, diario.
El deterioro de los datos internos fue síntoma de debilidad interna pero ahora, que además de las empresas más pequeñas y frágiles también han caído las más grandes, están señalando un mercado sobrevendido como no había estado en mucho tiempo. El porcentaje de valores del Nasdaq que cotiza por debajo de su respectiva media de 200 sesiones se ha desplomado hasta el 33%, niveles no vistos desde 2004.
El mercado ha virado con rapidez, ha caído en vertical y dirigido a los índices hacia referencias técnicas de control de medio y largo plazo, el estado de sobre venta comienza ser visible y el pesimismo de los inversores es ya un hecho. Condiciones generalmente presentes en entornos previos a rebotes técnicos, aunque no conviene confiarse.
El principal argumento para explicar las caídas de las últimas sesiones es el conflicto con Rusia y cuando la incertidumbre procede de este tipo de eventos traspasa los hábitos normales de comportamiento.
Si bien las condiciones son favorables para tratar de buscar un suelo desde el que intentar rebotar («tuesday turnaround?»), también es cierto que si ante condiciones técnicas semejantes el mercado continúa perdiendo referencias de soporte, SOS, puede entrar en una peligrosa espiral bajista.
DOW JONES, 60 minutos.
NYSE, diario.
La Reserva Federal ha contribuido al malestar reciente de los inversores, el cambio de relato desde la transitoriedad de la inflación al reconocimiento de lo contrario y hasta el endurecimiento de sus comunicados y postura sugieren las intenciones de la autoridad monetaria de intentar manejar los excesos pero más importante aún, de manejar las expectativas de inflación para poder incidir efectivamente sobre la evolución real de la propia inflación.
La reunión del FOMC de mañana y pasado será especialmente importante y podría despejar dudas muy relevantes, además de frenar la espiral de ventas de acciones, veremos!.
QQQS, diario.
El sector metales suele comportarse como activo refugio en entornos de presiones de precios, también de elevada incertidumbre, y ambos factores están hoy presentes. Sin embargo, hasta la fecha el Oro y la Plata han deambulado por rangos laterales de precios y cotizan en niveles similares a los de noviembre de 2020.
ORO diario.
No obstante, el desarrollo técnico es constructivo y conviene vigilar su evolución ante la posibilidad de ruptura definitiva.
Antonio Iruzubieta
www.antonioiruzubieta.com – Información en cefauno@gmail.com