Un cierre de mes vibrante vivieron los mercados financieros el martes, sobre todo a partir del discurso, esperado por cierto, de Jerome Powell, el presidente de la Fed, ante un Comité del Senado.
Powell pidió quitar la palabra “transitoria” que solía acompañar a “inflación” en sus anteriores presentaciones, asumiendo oficialmente una realidad conocida por todos: lejos de ser un fenómeno pasajero, el aumento generalizado de precios llegó para quedarse un largo tiempo. Y tanto él como el Comité de Política Monetaria (FOMC) es en buena parte responsable de que así sea.
Los centeneres de miles de millones de dólares inyectados por el banco central, que se trató de una salida bastante sencilla adoptada por todos los bancos centrales, cumplió, en el caso de la Fed, con los dos resultados previstos. Por un lado, estabilizó a la economía, y permitió la generación de empleos; por el otro, disparó la inflación por encima del 6%.
Powell confirmó que el banco central deberá acelerar el proceso de recortes de fondos, que inició en noviembre, para terminar probablemente antes de lo previsto. Esto incluye, seguramente, un alza de tipos de interés antes de lo esperado. Claro que habrá que ver la evolución de la nueva ola de la pandemia, cuyo alcance se desconoce casi por completo aún.
El discurso de Powell generó una fuerte turbulencia en los mercados. El dólar se apreció de inmediato en prácticamente todos los frentes, haciendo caso omiso a los activos de refugio, que esta vez no actuaron como tales. Tanto el yen, como el franco suizo y el oro, cedieron ante el billete, con distintos niveles de intensidad, como siempre sucede.
La bolsa de Nueva York también se vio afectada, pero en un tono menor. Los índices bursátiles, sobre todo el Dow Jones y el S&P 500, venían algo débiles, y sus respectivas bajas no hicieron más que confirmar la presunción de que cuando la Fed comenzara a marcar el paso seriamente, las correcciones bajistas se harían inevitables. De todas formas, la caída no fue violenta ni mucho menos, y varias acciones líderes terminaron el día con ganancias importantes.
El euro ya se había movido más temprano, pero al alza. Y es que por el lado de la Eurozona, la cuestión de la inflación tampoco es un dato menor. El 4.9% interanual al mes que acaba de terminar está demasiado lejos de las ambiciones de la Sra. Lagarde, titular del BCE, que busca una inflación del 2%, sin desvío alguno. De todas formas, la funcionaria ya mencionó que cualquier cuestión vinculada a esta materia se conversará en la reunión de diciembre, que tendrá lugar en pocas semanas.
La oscilación del euro fue notable por este motivo, con un mínimo en 1.1234, que no le impidió terminar con una marcada ganancia la sesión de la víspera. La libra esterlina y el yen también se movieron, y aún lo hacen en las primeras horas del miércoles, pero con menor intensidad.
El inicio de diciembre trae una agenda cargada de datos. El ISM de manufacturas promete cifras sumamente positivas, al igual que la encuesta de empleos privados de la firma ADP, otra vez con más de medio millón de puestos de trabajo generados en noviembre. El Libro Beige de la Fed cerrará el día, anticipando una reunión de política monetaria de alto vuelo para este mes. La misma tendrá lugar dentro de exactamente dos semanas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College