Luego del festivo del Día de Acción de Gracias, este viernes tiene lugar el tradicional Black Friday, día en que los estadounidenses se vuelcan masivamente a las tiendas, y en los últimos años vía internet, a adelantar sus compras de fin de año y aprovechar ofertas imposibles de conseguir en otros momentos del año. Esta costumbre se ha trasladado también a otras latitudes, aunque con formatos distintos y muchas veces en determinados sectores comerciales.
Y pese a que el volumen esperado en un día como este viernes es menor, desde la sesión asiática se ve un claro cambio de humor en los mercados, y la aparición de una nueva preocupación: una variante del coronavirus con origen en Sudáfrica, que aparentemente se encuentra fuera del alcance de las vacunas existentes.
De este modo se está produciendo algo de lo que hablamos con insistencia en esta columna: un cambio de rumbo de los mercados por algún motivo imprevisible. El motivo apareció, y está generando en esta sesión de habitualmente pocos movimientos una fuerte recuperación del yen y de la onza de oro, típicos activos de refugio, que habían caído con mucha fuerza en la semana.
También mencionamos que la nominación del presidente de la Fed, Powell, para un nuevo mandato, sonó como una excusa para extender las ganancias del dólar a niveles poco esperables. El euro llegó al mínimo de un año y medio, el yen al mínimo de casi 4 años, y la libra a sus mínimos anuales. Todo porque Powell va a quedar en la Fed, como si fuera sorpresivo, y como si fuer partidario de elevar tipos de interés, algo que en los últimos meses se transformó en un hierro caliente para el funcionario y el resto de los oficiales de la Fed. El comité de política monetaria solo reaccionó cuando la inflación “oficial” superó el 5%.
Lo que vemos en estas horas era esperable, y solo quedaba saber cuando sucedería. El euro ganó 100 puntos (y falta medio día de operaciones), la libra esterlina recupera 50 puntos, afectada por la pandemia que en Reino Unido ataca con gran virulencia, el yen, como queda dicho, comienza a despertarse -todavía muy lejos de la zona de 110.00 que esperamos toque próximamente- y el oro, lejos de sus mejores horas, se acomoda por encima de 1800 dólares.
Las bolsas de valores europeas se desploman, como también los futuros de los índices de Nueva York, y el petróleo pierde casi 6 dólares, afectando a sus monedas vinculadas.
¿Este cambio es definitivo? Claro que no. Es altamente probable que aún haya algún ajuste favorable al dólar. Pero es claro que esta es la dirección que tomarán los mercados en los próximos tiempos.
La sesión del viernes no tendrá el acostumbrado volumen de un día normal, y será el lunes cuando comiencen a definirse estas cuestiones. Convendrá seguir de cerca la apertura de la próxima sesión asiática.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College