En la Bolsa se contratan acciones de las empresas y también se negocian otros activos financieros (obligaciones, derechos de suscripción y deuda). Las empresas deciden vender (emitir) uno u otro producto en función de sus necesidades y de los compromisos que estén dispuestas a asumir a la hora de buscar una vía de financiación con el dinero de los ahorradores.
1) Renta Fija y Variable
Las empresas, los bancos y el Estado emiten los activos que se negocian en el mercado bursátil. Según sean variables o fijos la retribución a los inversores vía dividendos o intereses periódicos podemos clasificar los activos en dos grandes categorías o grupos, denominados títulos de renta fija o de renta variable. Entre los primeros se encuentran las obligaciones y la deuda.
Las acciones pertenecen al segundo grupo y son la modalidad preferida por las empresas a la hora de buscar financiación. Existe, además, un producto híbrido: las obligaciones convertibles en acciones. Primero ofrecen un interés estable y después se transforman en valores de renta variable.
2) Seguridad
Cuando un inversor compra un título de renta fija sabe con exactitud qué rentabilidad va a obtener en un período de tiempo fijado de antemano. Es un producto seguro. ¿Cómo sale a Bolsa? La empresa o entidad emisora divide el montante total del dinero que necesita en un número de títulos y trata de venderlos. A cambio de la cantidad que se le presta, tendrá que ofrecer al inversor un interés fijo, que deberá abonar con una periodicidad determinada.
3) Riesgo
Quien tiene en su poder un título de renta variable, una acción, no sabe qué beneficios obtendrá por ser propietario de éste. No está prestando dinero a cambio de que se lo devuelvan, sino que al comprar pasa a ser propietario de una parte de la compañía, arriesgando de esta manera su inversión. El mercado de renta variable, como su nombre indica, es volátil. Al comprar acciones se está asumiendo el riesgo de perder parte de la inversión.
4) Liquidez
La liquidez puede definirse como la capacidad que tiene un activo de convertirse en dinero sin sufrir pérdidas.
Si esta definición la trasladamos a las inversiones financieras, tiene unas consecuencias importantes a la hora de decidir invertir por un valor o por otro, ya que la liquidez del titulo supone que podamos comprar o vender el activo cuando lo deseemos y sin afectar de forma importante al precio de compra o de venta.
En resumen, los títulos con liquidez tienen un mercado amplio, mientras que en caso contrario, los titulos con escasa liquidez, reciben el nombre de estrechos y dan problemas tanto a la hora de comprar como de vender.