Después de los anuncios de la Fed de la semana anterior, en los que comenzó con los recortes de fondos, y la probable aceleración de los mismos producto de los datos optimistas en el empleo y el sector de servicios, el mercado de divisas comienza a adoptar un nuevo perfil.
En realidad, no es el dólar el que cambiará de signo. La moneda norteamericana continúa firme en todos los frentes, y las correcciones que observa son solo eso. Pero es claro que las monedas de refugio comienzan a mirar hacia arriba, y la prueba está en los movimientos del yen y el franco suizo. La moneda helvética, es verdad que en menor medida, dejó de acompañar al euro como lo hace en situaciones normales, para recuperar protagonismo, en tanto el yen llegó el lunes a su máximo de casi un mes ante el dólar.
Por su parte, la onza de oro salió de su letargo, y ya llegó a máximos de dos meses, en una clara muestra de que los activos seguros serán una excepción en la escalada del dólar.
¿Y la bolsa? Por ahora, no reacciona. O, mejor dicho, lo hace, pero saltando hacia adelante. Los sucesivos máximos históricos de los índices bursátiles recuerdan mucho a lo sucedido en 2018 y 2020. En febrero de 2018, las ganancias promedio por hora de los datos de empleo de enero de ese año, dieron lugar a una corrección bajista de proporciones. Una excusa necesaria para desinflar parcialmente una burbuja a esa altura insostenible. La caída de 2020 fue más seria y con fundamentos: apareció la pandemia, para perder el 50% de lo ganado en 11 en tan solo 6 semanas. En el medio, las promesas de la Fed provocaron alzas que, en su hora, representaron los mejores días de la bolsa de Nueva York en décadas.
Con este panorama, al dólar solo le queda esperar. Si bien ya está creciendo con fuerza en varios frentes, solo una corrección fuerte de la bolsa afianzará sus ganancias, en especial ante el euro, que llegó en dos semanas a dos mínimos anuales (en realidad, mínimos desde julio de 2020, cuando la moneda única se reincorporaba de la crisis de la pandemia), y ante la libra esterlina, que creció a modo de corrección entre el viernes y el lunes, movimiento esperable por la formación de hombro cabeza hombro invertida que aún se mantiene vigente.
Le va a costar al dólar canadiense mantenerse en el nivel actual, aunque menos que a otras divisas líderes: las promesas del Banco de Canadá de eliminar los estímulos y hasta subir la tasa de interés lo mantienen fuerte, con el petróleo como testigo.
El lunes, como suele ocurrir, no se observaron movimientos de importancia en las divisas principales. Pero sí es para hacer notar que, si el panorama actual se mantiene, y creemos que así será, los pares EUR/JPY y GBP/JPY tomarán una dirección bajista muy determinada, que puede dar lugar a las oportunidades más aprovechables durante los próximos días.
Por último, la acción de Tesla fue objeto de una burda manipulación por parte de su accionista principal, Sr. Musk. El sábado anunció que vendería parte de sus acciones de la empresa, para pagar impuestos. La respuesta del mercado fue una caída de casi 100 dólares en la apertura, de la cual se recuperó parcialmente. Las actitudes de ese sujeto, que obra exactamente igual con las criptomonedas, son incalificables. Lo único cierto es que le quita transparencia a los mercados, aunque es necesario reconocerle que miles aplauden lo que hace, aún perdiendo todo su dinero. Una especie de síndrome de Estocolmo, bastante difícil de explicar, y de entender.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College