Las divisas del G10 siguen moviéndose al compás de las posturas relativamente restrictivas (o ‘hawkish‘, como se denomina en inglés) de sus respectivos bancos centrales, aunque este término hay que medirlo teniendo en cuenta un consenso extremadamente moderado (o ‘dovish‘), en el que las políticas monetarias de los países desarrollados siguen siendo, en general, extraordinariamente flexibles.
Las publicaciones que serán clave a corto plazo serán aquellas relacionadas con la inflación. Esta semana se publicarán los datos de la inflación de los precios de producción (martes) y el IPC (miércoles). Se prevé que ambos aumenten aún más (desde niveles ya de por sí muy elevados). Las declaraciones de los miembros de la Reserva Federal llegarán a lo largo de esta semana, y seguimos esperando que aumente el desacuerdo sobre la conveniencia de una política monetaria ultra laxa, ya que la inflación sigue estando muy por encima del objetivo.
EUR
La implacable postura moderada de la presidenta Christine Lagarde y su despreocupación por el aumento de la inflación siguen siendo un serio inconveniente para la moneda común, y por ello hemos corregido a la baja nuestras previsiones sobre el euro.
Creemos que la prolongación de las presiones inflacionistas más allá de lo previsto es claramente un fenómeno global. Primero se manifestaron en EE.UU. y luego se han dejado sentir en la Eurozona con un cierto retraso, como suele ocurrir con las tendencias macroeconómicas. Sin embargo, este retraso puede permitir al BCE seguir confiando en sus optimistas previsiones de inflación transitoria durante algo más de tiempo, y es difícil que el euro suba demasiado en ese entorno.
USD
La decisión que tomó la Reserva Federal en la reunión de noviembre de reducir las compras de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas se ajustó más o menos a nuestras expectativas y a las del mercado. Esperábamos que los comunicados tuvieran un tono algo más restrictivo, pero el presidente Powell sigue claramente convencido de que la inflación es temporal, a pesar de que la Reserva Federal no previó la llegada, el alcance y la duración del repunte de la inflación en un primer momento. El dólar se tambaleó un poco después de este «dovish taper«, pero recuperó el pulso tras el fuerte informe del mercado laboral que se publicó al día siguiente.
Todas las miradas están puestas ahora en el informe de inflación del miércoles. La previsión es que se produzca otra fuerte subida tanto en el índice general como en el subyacente. No esperamos ninguna reacción inmediata en cuanto a la política monetaria, pero la Reserva Federal no puede dejar de lado estas cifras durante mucho tiempo.
GBP
El Banco de Inglaterra parece no haber acertado en sus comunicaciones con el mercado. Después de semanas de insinuaciones hacia una postura más restrictiva, el Comité de Política Monetaria dejó los tipos sin cambios en su reunión de noviembre (contrariando las expectativas del mercado) y no se comprometió sobre ninguna fecha concreta. La libra no reaccionó bien y fue una de las divisas que peor se ha comportado en todo el mundo.
La publicación de algunos datos clave volverán a centrar toda la atención de los mercados esta semana. Mientras que los datos de inflación en EE.UU. pueden ser el punto más determinante para el tipo de cambio del USD/GBP, los del PIB mensual de septiembre de Reino Unido nos indicarán la velocidad a la que se está normalizando el sector servicios tras las alteraciones provocadas por la variante Delta.