Los resultados de las principales entidades crediticias de Estados Unidos han indicado esta semana que las subidas de sus acciones siguen teniendo margen de movimiento, a pesar de las dudas de algunos analistas en torno a las futuras ganancias.
Tras dispararse durante la primera mitad del año, las acciones de los bancos estadounidenses se han visto presionadas por la especulación en torno a que el auge de los beneficios no sería lo suficientemente fuerte como para justificar la vertiginosa subida. Sin embargo, los bancos han demostrado esta semana que la recuperación de sus beneficios es sólida y generalizada.
Bank of America superó con creces ayer las expectativas de beneficios de los analistas para el tercer trimestre, impulsado por un periodo récord de fusiones y adquisiciones. Las comisiones de asesoramiento de banca de inversión aumentaron un 65%, mientras que las comisiones generales de banca de inversión subieron un 23%. Los ingresos netos por intereses, es decir, los ingresos procedentes de los pagos de préstamos de los clientes menos lo que la empresa paga a los depositantes, aumentaron en un 10%.
El director ejecutivo de Bank of America, Brian Moynihan, dijo el jueves en un comunicado:
«La economía ha seguido mejorando y nuestros negocios recuperaron el impulso de crecimiento orgánico de clientes hasta niveles prepandemia. El crecimiento de los depósitos ha sido fuerte y los saldos de los préstamos aumentaron por segundo trimestre consecutivo, lo que propició una mejora de los ingresos netos por intereses, incluso cuando los tipos de interés se mantuvieron bajos”.
JPMorgan, el mayor banco del país, también ha informado de que sus beneficios del tercer trimestre aumentaron un 24% con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que indica que podría estar llegando el tan esperado cambio de rumbo del crecimiento de los préstamos.
«Hace dos años nos enfrentábamos al COVID, prácticamente una Gran Depresión, una pandemia mundial… y todo eso ha quedado ya atrás, lo cual es bueno», decía el director ejecutivo Jamie Dimon durante una teleconferencia, según ha informado el Wall Street Journal.
«Con suerte, dentro de un año no habrá problemas en la cadena de suministro. La pandemia será endémica».
Vuelve el crecimiento de los préstamos
Las acciones de los bancos estadounidenses han superado al índice de referencia S&P 500 por un amplio margen este año, gracias al optimismo en torno a que el aumento del volumen de operaciones, la reactivación de la economía y el ansia de gasto de los consumidores seguirán impulsando los beneficios. El índice bancario KBW ha subido un 37% este año, liderado por algunos de los principales prestamistas, como JP Morgan, Bank of America y Goldman Sachs. Algunas de estas valoraciones, en nuestra opinión, siguen siendo válidas.
Por ejemplo, sigue existiendo una enorme demanda acumulada de crédito que se ha visto lastrada durante la pandemia. Desde los prestatarios individuales hasta las grandes empresas, 2020 fue el año en que se desecharon los planes de gasto, ya que las medidas de confinamiento obligaron a los prestatarios potenciales a ahorrar efectivo y recortar costes.
Es poco probable que esta situación persista ahora que la economía estadounidense va cobrando impulso. En combinación con el gasto gubernamental en infraestructuras y la reducción gradual de los estímulos monetarios, los bancos podrían ver aumentar la demanda de crédito considerablemente a partir de ahora.
JPMorgan dijo en su último informe de resultados que el exceso de efectivo que algunos clientes han estado manteniendo en cuentas de depósito durante la pandemia se está agotando más rápidamente, probablemente una señal de que sus deudas aumentarán. El banco espera que la Navidad traiga consigo el típico impulso del gasto con tarjeta.
Gerard Cassidy, de RBC Capital Markets, ha indicado en un informe de Bloomberg que las acciones de los bancos siguen siendo atractivas porque el crecimiento de los préstamos se producirá después de que las empresas y los particulares gasten la liquidez acumulada durante la pandemia.
Además, la calidad del crédito es sólida y los márgenes podrían mejorar el año que viene a medida que suban los tipos a corto plazo.
«Si combinamos esto con un mayor crecimiento de los préstamos, el panorama de crecimiento de los ingresos podría resultar muy positivo para los bancos en 2022», afirma Cassidy.
Conclusión
Las acciones bancarias han sido una de las mejores opciones en 2021, lo que hace que muchos inversores se pregunten hasta dónde podría llegar este repunte. Los últimos resultados de los prestamistas demuestran que todavía no es buena idea posicionarse en corto en estas acciones, especialmente cuando la recuperación económica de Estados Unidos se está afianzando y la Reserva Federal va camino de subir los tipos de interés.
Haris Anwar/Investing.com
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