La Reserva Federal dejó sin cambios los tipos de interés en el mínimo del 0 al 0.25%, prologando este estado desde marzo de 2020. A la vez, mantuvo intactos los planes de estímulo a la economía, que actualmente asciende a 120 mil millones de dólares mensuales en compra de bonos.
Al cabo de la reunión, con el comunicado oficial de la entidad, el presidente Jerome Powell brindó una conferencia de prensa en que volvió a hablar de recortes de fondos para los próximos tiempos, y si bien esta vez fue algo más enfático que en reuniones anteriores, sus palabras no difirieron mucho de lo que dijo en junio, oportunidad en la que el dólar cambió su anterior tendencia bajista por la actual alcista.
Respecto a los dichos de Powell, es válido recordar algunas cosas. La primera es que es el propio presidente quien defendió a rajatabla los planes actuales, que llevaron la inflación por encima del 5% anual (en términos oficiales, con un índice mucho más alto en términos reales), y si bien sonó algo más creíble, con proyecciones de PBI, inflación y desempleo algo más acordes a lo que puede efectivamente suceder en los próximos tiempos, lo concreto es que pasan los meses, y nada ha cambiado.
Pero además, esta vez la Fed hizo una proyección de alzas de tipos de interés. En términos prácticos, dejó saber que entre fines de 2022 y fines de 2023 podrían producirse tres incrementos de tipos, por lo que en el mejor de los casos la tasa llegará, en poco más de 24 meses, al 1%. Esta promesa de normalización de los mercados, y los mismos tres incrementos de tasa de interés, suena parecida a la que el mismo Powell expresó en septiembre de 2018, cuando habló de tres alzas en 2019. Ese año, la tasa fue recortada en cuatro oportunidades, ante el recrudecimiento de la guerra comercial con China de ese tiempo.
La proyección del desempleo es algo más acorde a lo que se puede esperar. La Fed habló del 4.8% para fin de año, algo lejos del nivel actual del 5.2%, pero alcanzable. Lo que parece poco creíble es que la inflación llegue al 2.4% en 2023, es decir, menos de la mitad de la actual, en medio de una lluvia de dólares que sigue intacta, al menos por dos meses más (la próxima reunión de la Fed será a mediados de noviembre).
Los mercados no reaccionaron malamente a los anuncios. Creció el dólar, ante la presunción de que en el futuro habrá menos dinero, pero la bolsa se recuperó, luego de varios días decepcionantes. Al cabo, si faltarán dólares, falta mucho aún para que ocurra, y mientras tanto, no hay motivos para desaprovechar la ansiedad de los operadores por comprar acciones sin pausa.
Lo que viene es el anuncio de política monetaria del Banco de Inglaterra (cuando Usted lea este artículo ya habrá sido publicado, con una fuerte volatilidad de la libra esterlina. La inflación comienza a preocupar en Reino Unido, aunque no tanto como la expansión de la pandemia.
También se conocerán las peticiones semanales de subsidio por desempleo, a las 8:30 del este, una medición que lentamente va retomando su ritmo anterior a la pandemia. Probablemente, el principal éxito de la montaña de dinero volcada en la economía sea ese; el principal costo, en cambio, es el deterioro de la calidad de vida de la población, con una inflación escandalosa.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
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