International Business Machines (IBM) no es el tipo de empresa tecnológica que llame la atención de los inversores en acciones. A diferencia de otros valores de primera categoría, esta empresa de 109 años de antigüedad está luchando por reactivar su crecimiento y competir en un entorno en el que se ha quedado muy rezagado.
Para contextualizar, la capitalización de mercado de IBM asciende a unos 125.000 millones de dólares. Eso es sólo una fracción de los 2,57 billones de dólares de Apple, los 2,24 billones de dólares de Microsoft y los más de 1,7 billones de dólares de Amazon.
La razón principal de este bajo rendimiento es que la década pasada fue una década perdida para el gigante del software y los servicios, ya que se mantuvo irrelevante en un mundo tecnológico en rápida evolución, sin innovar y perdiendo terreno frente a los nuevos participantes.
Durante los ocho años con Virginia Rometty al frente, IBM resultó ser dinero muerto para los inversores. Ésta fue la década en la que Amazon, Microsoft y Alphabet se revalorizaron a medida que se disparaba la demanda de potencia informática y aplicaciones.
Pero desde que se marchara la directora ejecutiva el año pasado, hay señales de que la Big Blue, como a veces se le llama coloquialmente, está recuperando el terreno perdido. La nueva estructura de gestión de IBM ha mejorado las perspectivas de crecimiento a largo plazo de la empresa tras muchos años de descenso de las ventas.
La empresa con sede en Nueva York registró en julio su mayor aumento trimestral de ingresos en tres años, impulsado por la fuerte demanda de computación en la nube. Estas cifras ayudaron a que las acciones de IBM subieran un 10% este año. El martes cerraron en 138,06 dólares.
Computación en la nube e inteligencia artificial
Arvind Krishna, que asumió el cargo de director ejecutivo el pasado mes de abril, se está centrando en la inteligencia artificial y en la nube para reactivar el crecimiento. Krishna ha reorganizado el negocio de la empresa en torno a una estrategia de nube híbrida, que permite a los clientes almacenar datos en servidores privados y en múltiples nubes públicas. IBM completó su compra de Red Hat por 33.000 millones de dólares en 2019, el primer paso en un cambio hacia lo que denomina una “nube híbrida”.
Las acciones de IBM, en nuestra opinión, son acciones de dividendo seguras, especialmente tras el claro cambio de su nueva directiva hacia la computación en la nube, que es un negocio de alto crecimiento. Estos pasos son alentadores y podrían desbloquear el valor de las acciones de IBM, que ha aumentado su dividendo 26 años consecutivos.
Las acciones reportan actualmente un dividendo trimestral de 1,64 dólares por acción, lo que se traduce en un 4,7% de rentabilidad anual por dividendo, cosa que las convierte en unas de las acciones de mayor rendimiento entre las empresas de primera categoría.
Morgan Stanley, al tiempo que elevaba el precio objetivo de 152 a 164 dólares, afirmaba que el cambio de rumbo de IBM está en marcha gracias a la mejora de la ejecución y al fortalecimiento de la demanda. En una nota reciente, el banco de inversión dijo:
«Un ritmo de ingresos de mayor calidad, la mejora de las tendencias macroeconómicas y las importantes inversiones en talento, asociaciones y estrategias de comercialización alimentan nuestra confianza en una aceleración del crecimiento de cara a 2022».
Bajo el mandato de Krishna, la empresa ha realizado muchas adquisiciones para acelerar el crecimiento. La compañía invirtió unos 3.000 millones de dólares en la primera mitad de este año para reforzar las capacidades de la nube y de la inteligencia artificial, incluyendo la compra de Turbonomic Inc. y la firma italiana de minería de procesos myInvenio. Más recientemente, IBM ha adquirido la empresa Bluetab Solutions Group, con sede en Madrid, en un esfuerzo por ampliar su alcance a Europa y Latinoamérica.
Por otra parte, Credit Suisse ha afirmado que los sólidos resultados del segundo trimestre deberían ayudar a que las acciones vuelvan a su cauce.
En su nota, Credit Suisse explicaba: «Consideramos que la escisión de Kyndryl prevista para el 4T es un catalizador clave, que facilita el camino hacia el crecimiento sostenido, lo que respalda la expansión múltiple de cara al futuro».
Conclusión
Cuando se trata de crecimiento, durante la última década, IBM ha decepcionado ciertamente a sus inversores. Pero tras la adquisición de Red Hat y con la nueva directiva al mando, creemos que IBM está volviendo poco a poco a la senda del crecimiento. El saludable balance de IBM, su deuda manejable y su rentabilidad por dividendos de más del 5% hacen de sus acciones una apuesta que merece la pena considerar, especialmente cuando su restructuración está ganando fuelle.
Haris Anwar/Investing.com
Artículos publicados con la autorización de Investing.com. Por favor, consulte importantes advertencias de riesgo y legales.