Durante el año pasado, para los inversores en el sector de semiconductores, Intel ha sido una inversión muerta. En un momento en que la competencia capta a los clientes con chips nuevos y más rápidos, los contratiempos de producción han perjudicado al mayor fabricante de chips de Estados Unidos.
Mientras que otros fabricantes de chips veían cómo los precios de sus acciones se dispararon en los últimos 12 meses, ya que se beneficiaron de la demanda de chips para automóviles, computadoras portátiles y consolas de juegos alimentada por la pandemia, las acciones de Intel apenas se han movido. De hecho, han descendido más de un 9% mientras que las de NVIDIA, uno de sus mayores competidores, subían más de un 80%.
En vista de estos problemas de producción profundamente arraigados y la actual reestructuración de la compañía, es poco probable que Intel, con sede en California, reporte unos resultados que generen entusiasmo entre los inversores.
Esa tendencia era obvia cuando la compañía publicó sus resultados del 1T en abril, reportando una caída de los ingresos procedentes de su unidad de centro de datos y una fuerte disminución de los márgenes beneficiarios brutos. Eso fue una señal para los inversores de que la compañía está perdiendo cuota de mercado a favor de rivales y clientes que están diseñando sus propios componentes.
En cuanto al trimestre que concluía el pasado 30 de junio, los analistas creen que las ventas disminuirán alrededor de un 10% con respecto al mismo período del año anterior hasta 17.800 millones de dólares. Y se prevé que el beneficio por acción disminuya de 1,23 a 1,07 dólares por acción.
Nuevo negocio de fundición
Si bien las ganancias a corto plazo de la compañía siguen bajo presión, hay algunas esperanzas de que el nuevo director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, traiga consigo un cambio, ayudando al gigante de los semiconductores a superar sus problemas de producción. Gelsinger ha puesto a Intel en «modo de inversión» durante un período crítico para su retorno al liderazgo, y prometió que ofrecerá productos que volverán a ser los mejores de la industria.
A principios de este año, Gelsinger dio a conocer un plan que incluía la creación de un nuevo negocio de fundición de 20.000 millones de dólares que fabricará chips para otras compañías. También planea utilizar las fábricas de sus rivales para subcontratar la producción de otros componentes de Intel.
La semana pasada, el Wall Street Journal informó que Intel está explorando un acuerdo para comprar GlobalFoundries Inc. para acelerar sus planes de fabricar más chips para otras compañías tecnológicas. Si ese acuerdo sale adelante, según el documento, será el más importante de la historia de Intel y podría impulsar la valoración de GlobalFoundries a alrededor de 30.000 millones de dólares.
Los analistas de Wall Street, sin embargo, están divididos sobre las perspectivas de Intel a pesar del impulso de la compañía para remodelar su negocio para convertirse en un fabricante de chips para terceros, un mercado dominado por Taiwan Semiconductor Manufacturing.
Gráfico: Investing.com
En una encuesta de Investing.com dirigida a 42 analistas que cubren las acciones, 17 asignan una recomendación de compra, 15 son neutrales, mientras que 10 recomiendan vender las acciones. Las expectativas de precio objetivo de cara a los próximos 12 meses indican un alza de casi el 14%.
En conclusión
Intel sigue en un período bajista, lastrado por sus errores de producción y la pérdida de cuota de mercado ante sus competidores. Es poco probable que esa situación cambie en el corto plazo, lo que hace que sus acciones sean adecuadas para una apuesta de cambio a largo plazo. En línea con esa tendencia, los resultados de hoy probablemente mostrarán un debilitamiento tanto de las ventas como de los márgenes.
Haris Anwar/Investing.com
Artículos publicados con la autorización de Investing.com. Por favor, consulte importantes advertencias de riesgo y legales.