Las cifras de inflación de junio en Estados Unidos arrojaron un máximo de más de 30 años en la medición subyacente, que excluye alimentos y energía, llegando al 4.5% interanual. En la medición general, la cifra llegó al 5.4%, un máximo de 13 año, que no tocaba desde agosto de 2008, apenas un mes antes del colapso financiero de ese año.
El dólar se disparó de inmediato ante las novedades, que además superaron los pronósticos “oficiales”. Sin embargo, la bolsa de Nueva York parece descontar que la Reserva Federal no tomará cartas en el asunto, dado que los índices de Wall Street se mantienen en máximos históricos, sin ceder siquiera una pequeña parte de sus ganancias.
La confianza de los operadores bursátiles radica en los mismos argumentos que tiene la Fed para sostener su actual política monetaria: la explosión de consumo ante la parcial salida de la pandemia lleva algunos precios muy alto, aunque, de acuerdo a los dichos del presidente de la entidad, Jerome Powell, esto se trata de algo transitorio.
Precisamente, el presidente Powell deberá presentarse este miércoles ante el Congreso, en el primero de dos interrogatorios que tendrá por parte de los legisladores. La cuestión de la inflación estará probablemente en primer lugar en la presentación de este miércoles, y allí puede haber novedades importantes. Los dichos de Powell podrían ponerle un freno al dólar, por supuesto en el corto plazo, sin que ello impida que el billete siga en su camino alcista en los próximos días.
La virtual sobrecompra que presenta la moneda norteamericana en el corto plazo hace pensar en una pausa, que en estas horas se torna casi necesaria. El euro, por caso, ya quebró la zona de 1.1800, y su camino hacia -al menos- la zona de 1.1500 parece irreversible. Pero no hay que olvidar que la baja de la moneda única no comenzó el martes, sino hace un mes, cuando la propia Fed anunció un cambio de política monetaria si la inflación se mantiene en altos niveles. Pues, la inflación no solo se mantiene en altos niveles, sino que sigue creciendo. La pregunta que surge entonces es ¿habrá alguna reducción de compra de bonos a fin de mes, o seguirá el banco central haciéndose el distraído, tratando de no enojar a Wall Street?
La situación del euro puede trasladarse a la libra esterlina, que se ubica ya bien lejos de 1.4000, y apuntando a la baja, con destino en la zona de 1.3600. Al igual que la moneda única, la libra tiene algún terreno fértil por recuperar este miércoles, antes de iniciar su camino a dicho nivel.
El yen, en cambio, parece estar limitado en su caída, al igual que el oro. Si, como todo indica que va a suceder, el dólar se fortalece en forma sustentable, los activos de refugio se verán favorecidos, y el yen es uno de ellos. La zona de 108.00 está lejos, pero es visible para dentro de un tiempo prudencial.
Además de la presentación de Powell, prevista para las 12:00 pm del este, el Banco de Canadá dará a conocer su política monetaria, que podría ponerle un freno transitorio a la caída de su moneda, el dólar canadiense. El Loonie tiene un comportamiento irregular en los últimos días, producto del alza del petróleo que lo empuja al alza, pero con el dólar que lo frena, y lo lleva a mínimos de varias semanas. Si el BoC, como se espera, recorta en 1000 millones de dólares canadienses su actual compra semanal de bonos, es probable que el Loonie se fortalezca, aunque no mucho más allá de 1.2400.
Como se ve, un día más que interesante, y con buenas oportunidades de corto plazo, sobre todo desde el mediodía.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College