Las finanzas, uno de los sectores más vulnerables durante la recesión provocada por la pandemia, vuelven ahora con más fuerza. Las acciones de los bancos estadounidenses han superado el rendimiento del índice de referencia S&P 500 por un margen significativo este año. Los inversores se han vuelto alcistas en cuanto a los prestamistas, pues creen que ya ha pasado lo peor y que la reactivación económica alimentará la expansión de los ingresos.
El índice KBW Bank ha subido alrededor de un 20% en lo que va de año, mientras que el S&P 500 ha ganado apenas un 5% durante el mismo período. Prestamistas individuales como JPMorgan Chase, Goldman Sachs y Bank of America han registrado ganancias de dos dígitos, gracias a sus fuertes divisiones de banca de inversión y comercial.
Los inversores han elevado los precios de sus acciones, apostando a que la llegada de préstamos a las empresas, una mayor infraestructura y un mayor gasto de los consumidores, tras la aprobación de un segundo paquete de estímulo, darán lugar a una nueva era para los prestamistas que están inundados de liquidez a bajo coste.
A este optimismo se suma el aumento del rendimiento de los bonos, lo que indica que la Reserva Federal probablemente se verá obligada a subir los tipos de interés antes de lo previsto para evitar la inflación. Unos tipos más altos permiten a los bancos cobrar más a los prestatarios, aumentando los márgenes de préstamo de los productos, desde tarjetas de crédito hasta hipotecas.
En este entorno altamente favorable, una gran incógnita es hasta dónde puede llegar este repunte tras el notable cambio en las acciones de los bancos desde el desplome de marzo de 2020.
Se avecinan más ganancias
Algunos analistas creen que estas condiciones económicas favorables, principalmente el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense y el aumento de los estímulos, podrían proporcionar un impulso adicional a las acciones de los bancos, especialmente cuando el despliegue de vacunas se está acelerando.
«Estas acciones han disfrutado de una gran racha en lo que va de año», dice el analista de RBC, Gerard Cassidy, en un informe reciente de Bloomberg. «Si las miramos de cara a los próximos 12 a 18 meses, todavía ofrecen una ventaja significativa», dice, destacando las buenas tendencias crediticias y el agresivo suministro de préstamos por parte de los bancos para prepararse para una gran tormenta crediticia que no se materializó.
Refiriéndose a las acciones de los bancos, el analista de Wells Fargo, Mike Mayo, en un informe titulado “¿Dónde está la parte mala?», destacó el éxito de las implementaciones de vacunas, el hecho de que la Reserva Federal permitiera más recompras de acciones y la victoria de los demócratas en el Senado que allanó el camino para más estímulos del Gobierno.
Aunque las acciones de los bancos se antojan atractivas a largo plazo, ¿vale la pena esperar a un retroceso para comprar? Los últimos comentarios de algunos altos ejecutivos del banco sugieren que todavía hay algunos riesgos al acecho que podrían frustrar este repunte. JPMorgan, el mayor prestamista de Estados Unidos, advirtió a los inversores en enero de que la incertidumbre persiste y no va a reducir el dinero reservado para las pérdidas por tarjetas de crédito.
Las operaciones en los mercados de activos ha sido otro factor que ha ayudado a los bancos a escenificar un rápido cambio tras su desplome provocado por la pandemia. Los ingresos comerciales de Goldman Sachs, por ejemplo, alcanzaron máximos de 10 años en el trimestre anterior. JPMorgan generó el mayor saldo de beneficio e ingresos que ha tenido su unidad de mercados en un cuarto trimestre.
Esa hiperactividad en los mercados podría no ayudar mucho una vez que la economía se reactive y la actividad minorista disminuya. Otra amenaza podría provenir del maltrecho sector de bienes inmuebles comerciales, que ha sido un gran contribuyente de beneficios para los bancos más pequeños.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo al Congreso el mes pasado que está observando de cerca la evolución de ese sector debido a la exposición del sistema bancario a los bienes inmuebles comerciales. Los precios «parecen susceptibles a fuertes caídas, particularmente si el ahora dificultoso ritmo de las transacciones repunta o, a largo plazo, la pandemia conduce a cambios permanentes en la demanda», explicaba la Fed en un informe del 19 de febrero.
En conclusión
Las acciones de los bancos, incluso después del potente empujón de 2021, siguen pareciendo atractivas, con muchas tendencias macroeconómicas que siguen siendo favorables para su negocio durante la recuperación económica posterior a la pandemia. Dicho esto, a los inversores que quieran cierta exposición bancaria en sus carteras les irá mejor escogiendo nombres sólidos, como JPM, Goldman Sachs y Bank of America, debido a sus carteras diversificadas y balances más sólidos.
Haris Anwar/Investing.com
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